Hacer en todo la voluntad de Dios
16/07/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 12, 14-21
En aquel tiempo, los fariseos se confabularon contra Jesús para acabar con Él. Al
saberlo, Jesús se retiró de ahí. Muchos lo siguieron y Él curó a todos los enfermos y
les mandó enérgicamente que no lo publicaran, para que se cumplieran las palabras
del profeta Isaías:
Miren a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien
tengo mis complacencias. En Él he puesto mi Espíritu, para que haga brillar la
justicia sobre las naciones. No gritará ni clamará, no hará oír su voz en las plazas,
no romperá la caña resquebrajada, ni apagará la mecha que aún humea, hasta que
haga triunfar la justicia sobre la tierra; y en Él pondrán todas las naciones su
esperanza.
Palabra del Señor.
Oración introductoria
Dios mío, creo firmemente que quieres tener un encuentro conmigo en esta
meditación. Ayúdame a guardar silencio interior y exterior para que pueda escuchar
y conocer tu voluntad.
Petición
Señor Jesús, quiero ser tu discípulo y misionero, ilumina y fortalece mi espíritu.
Meditación
«Jesús le exhorta a no oponer resistencia, a aceptar cumplir este acto, para hacer
lo que es conveniente y “cumplir toda justicia”. Con esta expresión, Jesús
manifiesta haber venido al mundo para hacer la voluntad de Quien lo ha enviado,
para cumplir todo lo que el Padre le pide; para obedecer al Padre Él ha aceptado
hacerse hombre […] El Padre manifiesta abiertamente a los hombres, a nosotros, la
comunión profunda que lo liga al Hijo: la voz que resuena de lo alto atestigua que
Jesús es obediente en todo al Padre y que esta obediencia es expresión del amor
que les une entre ellos. Por eso, el Padre pone su complacencia en Jesús, porque
reconoce en el actuar del Hijo el deseo de seguir en todo su voluntad: “éste es mi
Hijo amado en quien tengo mis complacencias” (
Mt
3,17). Y esta palabra del Padre
alude también, en anticipo, la victoria de la resurrección y nos dice cómo debemos
vivir para estar en la complacencia del Padre, comportándonos como Jesús»
(Benedicto XVI, 9 de enero de 2011).
Reflexión apostólica
«La voluntad de Dios no es una realidad nebulosa. Se nos manifiesta en las
enseñanzas y en el ejemplo de Jesucristo, en los mandamientos del Decálogo y los
de la Iglesia, en la ley natural, en las obligaciones del propio estado de vida, en la
voz de nuestra conciencia rectamente formada, y en los signos de los tiempos. En
todas esas manifestaciones encontramos el querer justísimo de Dios Padre, que
lleno de sabiduría y delicadeza nos guía por la senda de sus eternos designios de
amor. Amar a Dios y cumplir su voluntad se equivalen» (Manual del miembro del
Movimiento
Regnum Christi
, n. 143).
Propósito
Revisar, preferentemente con un director espiritual, mi programa de vida.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, ayúdame a que, a pesar del desánimo y los problemas, con
entusiasmo persevere en mi deseo de hacer, en todo, tu voluntad. Gracias por este
momento de oración que será la fuerza para sacar el mayor provecho de mi
tiempo.
«Todo el que trabaja por Cristo nunca fracasa, porque el cumplir la voluntad de
Dios siempre será un triunfo»
(
Cristo al centro,
n. 165).