1º Domingo de Cuaresma - B
Evangelio de la Misa: Mc 1,12-15 Oración diaria
Al comienzo de la Cuaresma la Liturgia nos presenta, en las lecturas
bíblicas, el ejemplo de Jesús en una de las actitudes más elocuentes y
necesarias para nosotros en este tiempo litúrgico que pretende prepararnos a
los cristianos a celebrar un año más la Pascua del Señor: la Pasión, Muerte y
Resurrección.
Vemos a Jesús retirándose al desierto donde la oración y la penitencia –
oración de los sentidos- ocupan sus días. No podía faltar la tentación del
demonio, que El vence con toda prontitud y elegancia. También el Evangelio nos
recuerda expresamente, y por tanto nos invita a la Conversión.
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Señor, que te nos propones como el modelo que todos hemos de seguir e imitar.
Gracias por tu ejemplo de oración y penitencia, de austeridad y ayuno.
Me admira tu valentía y decisión para desentenderte del demonio,
y rechazarlo por ser el enemigo del bien y de la verdad.
Acojo con fidelidad tu llamada a la conversión y al arrepentimiento
de mis pecados, por la penitencia y la Confesión sacramental.
Sobre todo hoy quiero aprender de tu actitud de oración,
de tu buena disposición para alejarte también de las otras preocupaciones
y relaciones sociales y familiares, y dedicar unos días al retiro,
al desierto, a la oración a solas con tu Padre, Dios.
Como ser humano lo necesitarías seguramente,
pero somos nosotros sobre todo los que necesitamos seguir tu ejemplo,
claro y elocuente, sobre la práctica de la oración.
Me has enseñado con tu vida que todo momento es bueno
para hablar con Dios, y que todas mis actividades he de transformarlas
en oración con mi buen hacer y mi ofrecimiento a Dios de todo lo realizado.
Pero también hoy me enseñas que necesito dedicar cada día
algún rato solo a tratarte personalmente en la oración;
e incluso que de vez en cuando he de buscar horas y días para retirarme,
y así alimentar y orientar mejor mi vida espiritual, mi fe y mi esperanza,
y en consecuencia mi caridad apostólica.
¡Cuántas dificultades encuentro y cuántas pegas invento
para dejar mi oración de cada día!
Ayúdame, Señor, a hacer de esta Cuaresma una fuerte experiencia
de oración personal, y de encuentro más largo y profundo,
íntimo y reposado, en unos días de retiro espiritual.
Padre Segismundo Fernandez Rodríguez