6º Domingo de Pascua - B
Evangelio de la Misa: Jn 15,9,17 Frutos de santidad
Con el tono que caracteriza al evangelista San Juan, se sigue
profundizando en la celebración eucarística en las básicas y radicales exigencias
del verdadero cristianismo. Somos cada uno de los cristianos quienes hemos de
concretar personalmente esas enseñanzas de Jesús, y hacerlas propias en la
vida ordinaria. Nadie está excusado de esta labor de ascética individual y de
compromisos apostólicos personales y concretos. No es suficiente pertenecer al
cristianismo sociológico.
Para todo cristiano dice Jesús: “Como el Padre me ha amado, así os he
amado Yo; permaneced en mi amor”.
Señor, gracias por estas palabras tan reconfortantes y comprometedoras: “Como
el Padre me ha amado, así os he amado Yo; permaneced en mi amor”. Me llena
de alegría sentirme amado por Ti,
y urgido inevitablemente a amar a los demás.
Quiero “saborear” tus palabras: “Si guardáis mis mandamientos,
permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado
los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor”.
Además me dices que esta es la verdadera causa de la alegría.
“Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros,
y vuestra alegría llegue a su plenitud”.
Con ello comprendo por qué hay tan pocas personas felices.
El egoísmo, la soberbia, el individualismo, el erotismo egoísta
que solo busca placer humano y pasajero, no dejan a muchas personas
ser felices y disfrutar verdaderamente de la vida.
Que mi testimonio cristiano de discípulo, seguidor y enamorado tuyo,
difunda la alegría que me prometes, y que esta alegría desborde
plenitud en mi persona y en la vida de los demás.
“Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor;
a vosotros os he llamado amigos,
porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer”.
Ciertamente, Jesús, eres Tú el que nos has elegido dándonos esta fe,
y orientándonos por la vocación cristiana. Quiero dar verdaderos frutos
de vida cristiana, de santidad y apostolado, de generosidad y alegría
en vida ordinaria y en mis circunstancias sociales concretas
Padre Segismundo Fernandez Rodríguez
______________________________________________