Miércoles 20 de Julio de 2011
Miércoles 16ª semana de tiempo ordinario 2011
Éxodo 16,1-5.9-15
Toda la comunidad de Israel partió de Elim y llegó al desierto de Sin, entre
Elim y Sinaí, el día quince del segundo mes después de salir de Egipto. La
comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el desierto, diciendo:
"¡Ojalá hubiéramos muerte a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos
junto a la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Nos habéis sacado a este
desierto para matar de hambre a toda esta comunidad." El Señor dijo a Moisés: "Yo
haré llover pan del cielo: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo
pondré a prueba a ver si guarda mi ley o no. El día sexto prepararán lo que hayan
recogido, y será el doble de lo que recogen a diario."
Moisés dijo a Aarón: "Di a la comunidad de los israelitas: "Acercaos al Señor,
que ha escuchado vuestras murmuraciones."" Mientras Aarón hablaba a la
asamblea, ellos se volvieron hacia el desierto y vieron la gloria del Señor que
aparecía en una nube. El Señor dijo a Moisés: "He oído las murmuraciones de los
israelitas. Diles: "Hacia el crepúsculo comeréis carne, por la mañana os saciaréis de
pan; para que sepáis que yo soy el Señor, vuestro Dios."" Por la tarde, una
bandada de codornices cubrió todo el campamento; por la mañana, había una capa
de rocío alrededor del campamento. Cuando se evaporó la capa de rocío, apareció
en la superficie del desierto un polvo fino, parecido a la escarcha. Al verlo, los
israelitas se dijeron: "¿Qué es esto?" Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: "Es
el pan que el Señor os da de comer."
Salmo responsorial: 77
El Señor les dio un trigo celeste.
Tentaron a Dios en sus corazones, / pidiendo una comida a su gusto; /
hablaron contra Dios: "¿Podrá Dios / preparar una mesa en el desierto?" R.
Pero dio orden a las nubes, / abrió las compuertas del cielo: / hizo llover
sobre ellos maná, / les dio un trigo celeste. R.
Y el hombre comió pan de ángeles, / les mandó provisiones hasta la hartura.
/ Hizo soplar desde el cielo el levante, / y dirigió con su fuerza el viento sur. R.
Hizo llover carne como una polvareda, / y volátiles como arena del mar; / los
hizo caer en mitad del campamento, / alrededor de sus tiendas. R.
Mateo 13,1-9
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta
gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente quedó de pie en la
orilla. Les habló mucho rato en parábolas: "Salió el sembrador a sembrar. Al
sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra
no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por
falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El
resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.
El que tenga oídos que oiga."
COMENTARIOS
El tema de las parábolas de Jesús es el del Reinado de Dios, no como una
teoría, sino como una praxis que exige una respuesta para ser comprendida. El
sembrador es Dios; Jesús es el mensajero de Dios por excelencia. La semilla es la
revelación de Dios y su proyecto de Reino. Los suelos representan las diferentes
formas de recepción humana. A partir de la parábola del sembrador nos damos
cuenta de que la propuesta de crear una comunidad humana alternativa se nos da
en realidades sencillas y cotidianas; pero se hace necesario seguir madurando la
experiencia de fe, que conlleva necesariamente confiar más radicalmente en Dios.
Juan Alarcón, s.j.
(Extracto de servicios KOINONÍA)