Solemnidad. La Natividad del Señor. Ciclo A.
Camilo Maccise, OCD
1. Una de las cosas más difíciles en el aprendizaje de una lengua, aun de la lengua
materna son los verbos. Sin ellos es difícil comprender el sentido de un discurso; lo
que otra persona nos quiere decir. Palabras sueltas nos dicen poco o casi nada.
Tenemos que adivinar. El verbo es la parte del discurso que nos indica una acción o
un estado de relación con las cosas o las personas. Con el verbo aprendemos a
entender esa relación entre lo que queremos conocer o expresar. Si se trata de algo
presente, pasado o futuro. Si hay alguna condición para realizar lo que
pretendemos. Vamos aprendiendo más con la vida que con las reglas gramaticales,
hasta que nos hacemos familiares a las conjugaciones con el uso y la práctica.
2. Comprender el sentido de la vida es difícil. Nos preguntamos de dónde venimos,
a dónde vamos; qué hay después de la muerte. Se nos ofrecen muchas respuestas
contradictorias y que no nos satisfacen. El evangelio que acabamos de escuchar nos
da la clave de interpretación: Jesús es el Verbo, raíz de todos los verbos que nos
permite acercarnos y entender algo del sentido de la vida. Todo fue creado por Él y
para Él y todo subsiste en Él. Palabra del Padre, ilumina las tinieblas de este
mundo. Nos ha comunicado los secretos del Padre; nos ha transformado en hijos de
Dios, un Dios que nos ha creado por amor, se ha encarnado por amor y nos
conduce por amor a un destino eterno. Con ese Verbo todas las frases se
entienden. Con él, el Padre, como dice S. Juan de la Cruz, nos ha dicho todo y ya
no tenemos que andar buscando saber las cosas a través de visiones o
revelaciones.
3. Quienes hemos recibido esa buena noticia estamos llamados a darla a conocer a
los demás a través del testimonio y del anuncio. También nosotros caminamos
muchas veces a tientas pero la claridad del Verbo nos impide perder el camino. Hay
que saber dar razón de nuestra esperanza a todo el que nos la pida para que
muchos vayan aprendiendo el verbo clave que les permita encontrar respuesta a los
interrogantes existenciales que los atormentan. Cristo, el Verbo encarnado, nos
envía a anunciar a los demás esa buena noticia que Él nos trajo y que nos comunicó
en un lenguaje inteligible, en nuestro lenguaje humano. "El Verbo se hizo carne y
habitó entre nosotros".
Camilo Maccise