Testigo del amor misericordioso de Dios.
22/07/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Juan 20, 1-2. 11-18
El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al
sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa
donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto».
María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús. Sin dejar de llorar, se
asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el lugar donde
había estado el cuerpo de Jesús, uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los
ángeles le preguntaron: «¿Por qué estás llorando, mujer?». Ella les contestó:
«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto».
Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús.
Entonces Él le dijo: «Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?». Ella,
creyendo que era el jardinero, le respondió: «Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde
lo has puesto». Jesús le dijo: «¡María!». Ella se volvió y exclamó: «¡Rabbuní!», que
en hebreo significa «maestro». Jesús le dijo: «Déjame ya, porque todavía no he
subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: “Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios
y su Dios”».
María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decirles que había visto al Señor
y para darles su mensaje. Palabra del Señor.
Oración introductoria
Maestro, la alegría de tu resurrección es mi esperanza y la prueba que el amor
puede triunfar en el mundo y en mi vida. Quiero reconocerte en este momento de
meditación, ¡ilumíname!
Petición
Padre mío, dame la pasión y presteza que tuvo María Magdalena para trasmitir tu
mensaje.
Meditación
«Celebramos la memoria litúrgica de santa María Magdalena, discípula del Señor,
que en los evangelios ocupa un lugar destacado. San Lucas la incluye entre las
mujeres que siguieron a Jesús después de haber sido "curadas de espíritus
malignos y enfermedades", precisando que de ella "habían salido siete demonios"
( Lc 8, 2). Magdalena está presente al pie de la cruz, junto con la Madre de Jesús y
otras mujeres. Ella fue quien descubrió, la mañana del primer día después del
sábado, el sepulcro vacío, junto al cual permaneció llorando hasta que se le
apareció Jesús resucitado (cf. Jn 20, 11). La historia de María Magdalena recuerda a
todos una verdad fundamental: discípulo de Cristo es quien, en la experiencia de la
debilidad humana, ha tenido la humildad de pedirle ayuda, ha sido curado por él y
lo ha seguido de cerca, convirtiéndose en testigo del poder de su amor
misericordioso, más fuerte que el pecado y la muerte» (Benedicto XVI, 23 de julio
de 2006).
Reflexión apostólica
«Por el don de la redención, Dios llama al hombre a acoger el amor como liberación
y salvación del pecado; por el don de la gracia santificante, Dios llama al hombre a
vivir e irradiar el amor participando de su vida divina ya en esta tierra, y después,
de manera plena y por toda la eternidad en el cielo» (Manual del miembro del
Movimiento Regnum Christi , n. 2).
Propósito
Procurar perdonar sinceramente las ofensas que pueda recibir.
Diálogo con Cristo
Jesucristo, qué poder transformador tiene tu amor y qué grande es tu misericordia.
Ayúdame a saber perdonar para poder aspirar a tu perdón. La clave está en crecer
en el amor, por eso te invito a ser el Señor y Dios de mi vida.
«Basta ser humildes, pedir perdón, y Dios nos mirará complacido, porque el
reconocer nuestra miseria es signo de que reconocemos su grandeza»
( Cristo al centro, n. 1330).