DOMINGO/17/TO/A 24 JULIO 2011
1Reyes 3,5.7-12
En aquellos días, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo:
"Pídeme lo que quieras." Respondió Salomón: "Señor, Dios mío, tú has hecho que
tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no
sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo
inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a
tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a
este pueblo tan numeroso?" Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido
aquello, y Dios le dijo: "Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga
ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para
escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente,
como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti."
Salmo responsorial: 118
R/¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!
Mi porción es el Señor; / he resuelto guardar tus palabras. / Más estimo yo
los preceptos de tu boca / que miles de monedas de oro y plata. R.
Que tu bondad me consuele, / según la promesa hecha a tu siervo; / cuando
me alcance tu compasión, viviré, / y mis delicias serán tu voluntad. R.
Yo amo tus mandatos / más que el oro purísimo; / por eso aprecio tus
decretos / y detesto el camino de la mentira. R.
Tus preceptos son admirables, / por eso los guarda mi alma; / la explicación
de tus palabras ilumina, / da inteligencia a los ignorantes. R.
Romanos 8,28-30
Hermanos: Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a
los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los
predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos
hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que
justificó, los glorificó.
Mateo 13,44-52
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "El reino de los cielos se parece a un
tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de
alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que,
al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.
COMENTARIOS
1 REYES . Hay que tener muy claro que la presentación de Salomón, que
hace el primer libro de los Reyes , pretende mostrar (románticamente) lo que
para el escritor sagrado representaba y significaba este “maravilloso” rey en la
teoría, pero que en la práctica y por lo que consiguió en la historia del pueblo, no
pasó a ser sino un rey más que se aprovechó de su poder para explotar, esclavizar
y manipular la conciencia débil del pueblo, y construir su reinado de gloria en la
magnificencia literaria que se construyó en torno a su figura y su reinado.
Salomón ha ido al alto de Gabaón a buscar la voluntad de Dios. Un sueño por
la noche es el vocabulario de los rituales en los que se buscaba un oráculo divino
durante el sueño. Allí, Salomón duerme dispuesto a recibir un oráculo divino; y Dios
desciende dispuesto a escuchar las aspiraciones más profundas y secretas de
Salomón.
Y así brotan los sentimientos de un hombre piadoso y desinteresado: antes
incluso que la petición, Salomón se abre en reconocimiento al Dios que ha
dispuesto la sucesión del trono de David. El nuevo rey le pide un corazón dócil, un
corazón que escucha , dice el texto hebreo. ¿A quién? No sólo a las partes
implicadas en un juicio, sino a Aquél de donde viene todo juicio y todo gobierno.
Habiendo recibido de Dios un corazón sabio e inteligente para regir el pueblo,
el rey es el mediador entre Dios y el pueblo; gracias a él, el pueblo es el pueblo de
Dios que sigue recibiendo todos los beneficios de su mano.
EVANGELIO. Jesús no despreció los bienes que componen la vida; al
contrario, los estimó y disfrutó con muchas personas. La salud o el bienestar son
aspectos fundamentales de la vida, pero no lo son lo único. Y menos si nos
deshumanizan, o fomentan la ambición, o nos enfrentan. Cuando nos encontramos
con el verdadero tesoro, las demás riquezas van encontrando su lugar.
Por eso quizá nos resulte más sorprendente la parábola en la que Jesús
comparó el reino de Dios con un tesoro. La parábola habla de una experiencia
fundante: Un encuentro , la alegría del hecho, y la movilización subsiguiente.
Las palabras decisivas para la comprensión de la parábola son “lleno de
alegría”: alegría que arrastra y hace considerar obvia la más radical de las
entregas. Así entendió Jesús el Reino: como “el hallazgo”, ante el que uno no
necesita más: le basta que Dios sea Dios. La elección del Reino de Dios como el
verdadero tesoro, da la alegría auténtica: alegría de no haber optado por ganancia
o utilidad, sino por algo de valor inestimable en sí mismo.
Y junto a la alegría del hallazgo, la dinámica que produce. Jesús habla de
experiencias que se dan en el corazón humano y su intención es contar la
fascinación que produce en la gente y el cambio de esquemas que provoca.
Juan Alarcón, s.j.