Jueves 28 de Julio de 2011
Jueves 17ª semana de tiempo ordinario 2011
Éxodo 40,16-21.34-38
En aquellos días, Moisés hizo todo ajustándose a lo que el Señor le había
mandado. El día uno del mes primero del segundo año fue construido el santuario.
Moisés construyó el santuario, colocó las basas, puso los tablones con sus trancas y
plantó las columnas; montó la tienda sobre el santuario y puso la cubierta sobre la
tienda; como el Señor se lo había ordenado a Moisés. Colocó el documento de la
alianza en el arca, sujetó al arca los varales y la cubrió con la placa. Después la
metió en el santuario y colocó la cortina de modo que tapase el arca de la alianza;
como el Señor se lo había ordenado a Moisés.
Entonces la nube cubrió la tienda del encuentro, y la gloria del Señor llenó el
santuario. Moisés no pudo entrar en la tienda del encuentro, porque la nube se
había posado sobre ella, y la gloria del Señor llenaba el santuario. Cuando la nube
se alzaba del santuario, los israelitas levantaban el campamento, en todas las
etapas. Pero, cuando la nube no se alzaba, los israelitas esperaban hasta que se
alzase. De día la nube del Señor se posaba sobre el santuario, y de noche el fuego,
en todas sus etapas, a la vista de toda la casa de Israel.
Salmo responsorial: 83
R/¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela / los atrios del Señor, / mi corazón y mi carne /
retozan por el Dios vivo. R.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa; / la golondrina, un nido / donde
colocar sus polluelos: / tus altares, Señor de los ejércitos, / Rey mío y Dios mío. R.
Dichosos los que viven en tu casa, / alabándote siempre. / Dichosos los que
encuentran en ti su fuerza; / caminan de baluarte en baluarte. R.
Vale más un día en tus atrios / que mil en mi casa, / y prefiero el umbral de
la casa de Dios / a vivir con los malvados. R.
Mateo 13,47-53
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "El reino de los cielos se parece
también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está
llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos
los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a
los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el
rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?" Ellos le contestaron: "Sí." Él les
dijo: "Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de
familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo." Cuando Jesús acabó estas
parábolas, partió de allí.
COMENTARIOS
La parábola de la red es una evocación de lo que el reinado de Dios será en
el futuro, cuando llegue la hora del juicio final. Así como la cizaña crece junto con el
trigo hasta el día de la recolección, así también la red recoge del mar peces de toda
clase y condición. Lo bueno y lo malo han de convivir en una tensión histórica que
permita que lo bueno se fortalezca y lo malo tenga la posibilidad de la restauración
y la redención. El Reino es un cuerpo mixto que está formado por miembros que
asumen la esencia de la existencia: la constitutiva ambivalencia de la vida, tender
hacia el bien o al mal. La criba final de quienes deben ser dignos de salvación ha de
dejarse a Dios, dado que el Reino está abierto a todos.
¿Hemos entendido? La comprensión es una de las características principales
del discipulado que es capaz de actualizar el mensaje de salvación y liberación en la
historia. El mensaje del Reino tiene ahora precedencia sobre lo antiguo y le da un
significado nuevo.
Juan Alarcón, s.j.
(Extracto de servicios KOINONÍA)