Comentario al evangelio del Miércoles 27 de Julio del 2011
Querido amigo/a:
Hoy Jesús nos vuelve a hablar del Reino de Dios. Se ve que es el tema de la semana...
En realidad, la humanidad siempre ha buscado “el secreto de la felicidad”, “la piedra de la sabiduría”,
“el elixir de la eterna juventud”... “el tesoro”.
Pues bien, Jesús dice que eso, encontrar el tesoro de la vida y el secreto de la existencia, es como
encontrar el Reino. El que lo encuentra, es capaz de dejarlo todo por ello.
Su rostro se vuelve luminoso, como el de Moisés (“contempladlo, y quedaréis radiantes”, dice un
Salmo).
Sus manos se abren, para dar y recibir.
Su corazón se esponja, con un sitio para todos.
La vida se vuelve confianza, en la salud y en la enfermedad.
El mundo se transforma en la casa de todos.
El futuro se contempla con esperanza...
“Reino de Dios”. Los dos términos son importantes. Porque el Reino no es anónimo, sino que tiene un
Padre, Alguien para quien somos alguien, con nombre, con historia, con futuro. Y “Dios del Reino”,
porque no es un Dios aislado, alejado, abstraído... Es un Dios que se da a la humanidad, que inaugura
un reinado nuevo, que se preocupa por todos.
“Venga tu Reino, Señor.
Venga a nosotros
y que lo acojamos, lo amasemos y lo repartamos
a manos llenas”.
Luis Manuel Suarez, cmf