¿QUIÉN ES JESÚS DE NAZARET?
(DOMINGO XXI T.O. Ciclo A)
21 agosto 2005
"En aquel tiempo, llegó Jesús a la región de Cesarea de Felipe, y preguntaba a sus
discípulos: ¿Quién dice la gente que es el Hijo el Hombre? Ellos contestaron: Unos
que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas. Él les
preguntó: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" (Mt 16,13-20)
Es clave la pregunta. Y no estorba ni siquiera para los que nos consideramos
creyentes cristianos de verdad. Porque, a veces, puede que estemos viviendo de
manera muy rutinaria y superficial esa condición nuestra.
¿Quién es para ti Jesús de Nazaret?
¿Alguien muy poderoso? También lo es Bush, Blair, el mismo Zapatero, Polanco...
¿Y por eso tienen categoría para pedirte la vida?
¿Alguien muy famoso? También lo es la Princesa de Asturias, Federico Jiménez
Losantos, la Duquesa de Alba, Alejandro Sanz... ¿Y por eso deben ser los mentores
de tu vida?
¿Alguien muy atractivo? También lo es Fran Rivera, Bisbal, los Místers y Mises que
pululan por ahí... ¿Y por eso debes vivir al aire que te marquen?
Ninguna de esas respuestas expresa la verdadera naturaleza de Jesús de Nazaret.
Mientras no respondamos como Pedro: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo", no
lo habremos descubierto de verdad, no sabremos quién es. Jesús es el Hijo de Dios
hecho hombre, para salvar a los hombres. Es, por tanto, Dios. Por eso se nos
"escapa de las manos": tan igual y, a la vez, tan diferente a nosotros, que nos
desconcierta. Porque es verdadero Dios y verdadero hombre. Y, desde ahí,
comprendemos que es nuestro Salvador. Sólo Dios puede salvar al hombre del
pecado. Sólo Dios puede procurar al hombre lo mejor para él. Sólo Dios puede
plantear un tipo de vida que supera cualquier horizonte humano. Sólo Dios puede
marcarnos el auténtico camino que conduce a la Vida. Sólo Dios puede colocarse
desinteresadamente a nuestro lado para ayudarnos. Sólo Dios puede convertirse en
nuestro compañero de camino, para ser nuestra ayuda y complemento.
Sólo Dios. Es decir, Cristo, Jesús de Nazaret.
Y esto no es una invención nuestra, una imaginación consoladora. Ahí está la
"historia" que nos ofrecen los Evangelios. Los datos que en ellos encontramos no
sólo relatan acontecimientos o sucedidos, sino que nos hablan de la apuesta que
Dios, en Cristo, ha hecho por nosotros. Es decir, tenemos la demostración de que
Dios nos quiere y se hace partícipe de nuestra historia para salvarnos. Desde ahí,
no podemos dudar de que lo que Él nos propone y pide es lo mejor para nosotros.
¡Como nos va a engañar quien ha llegado a la muerte por nosotros! Y, desde ahí, si
que puede uno entregarle la vida... sabiendo que no la pierde, sino que la emplea y
vive de la única manera que vale realmente la pena.
Lo sé. Es mi palabra. Pero también, mi experiencia. A lo mejor a ti te queda
hacerla. Atrévete y prueba si vivir según el proyecto de vida que nos propone Jesús
de Nazaret vale o no vale la pena. A lo mejor te sorprendes... y te convences.
Miguel Esparza Fernández