DOMINGO DE RAMOS
Con el Domingo de Ramos iniciamos la Semana Santa. A lo largo de esta
Semana acompañaremos a Jesús que ha venido para comunicarnos una Vida Nueva
que nos permita vivir como hijos de Dios y hermanos entre nosotros. Los invito a
disponernos a celebrar este camino de Dios. Pensar que Jesucristo ha venido para
mí, es el mejor comienzo para vivir la Semana Santa. Con la entrada en Jerusalén
Jesús inicia el camino de su hora definitiva, que se convertirá en el comienzo de su
Vida para nosotros. Él quiere hacernos hombres nuevos, capaces de crear un
mundo nuevo.
Si bien la vida cristiana es algo personal que nace de un encuentro libre con
Jesucristo, este encuentro, sin embargo, está llamado a expresarse socialmente.
Cuando Jesús nos deja el mandamiento del amor: "ámense unos a otros como yo
los he amado", nos ha dejado el principio de la moral social que dice: "todo hombre
es mi hermano". No podríamos llamar a Dios Padre, si no tenemos una relación
fraterna entre nosotros. El nos diría no me llames Padre si has ofendido a tu
hermano, que es también hijo mío. El Padre Nuestro, la oración que nos la ha
enseñado Jesucristo, no es sólo un acto de diálogo con Dios, sino la puesta en
práctica de nuestra fe en Dios, que es el Padre de todos. Un buen comienzo de la
Semana sería examinar, desde una sincera meditación del Padre Nuestro, nuestra
relación con Dios y nuestros hermanos.
Además de esta relación fraterna, la vida cristiana tiene una dimensión más
amplia. La vida cristiana tiene que expresarse en una vida coherente con lo que se
cree. El cristiano está llamado a cuidar y elevar desde el Evangelio este mundo que
es obra de Dios. San Pablo nos dice: "todo es de ustedes, es decir, la política, el
trabajo, el amor, pero nos recuerda, ustedes son de Cristo" (1 Cor. 3, 22). Esto
significa que hay una manera cristiana de vivir en este mundo, incluidas las
cuestiones políticas. Por ello la Iglesia nos recuerda que: "la conciencia cristiana
bien formada no permite a nadie favorecer con el propio voto la realización de un
programa político o la aprobación de una ley particular que contengan propuestas
alternativas o contrarias a los contenidos fundamentales de la fe y la moral"
(Doctrina de la Fe). Es una grave responsabilidad del cristiano, o del político
cristiano, ser claro y saber definirse en temas que hacen a la dignidad de la vida
humana, por ejemplo, en el caso del aborto. Esto pertenece al ámbito moral de la
fe y hace a su responsabilidad social y política.
Ser cristiano, como vemos, no es algo que pueda quedar en nuestra intimidad
sino que se debe testimoniar en la vida de la sociedad. La fe tiene consecuencias
políticas que el cristiano debe saber asumir y comprometerse. Los invito en esta
Semana a acercarse a su comunidad parroquial para vivir este camino de Jesucristo
que es la fuente de esa Vida Nueva que nos traído. Reciban de su Obispo, junto a
mi afecto y oraciones, mi bendición en el Señor.
Mons. José María Arancedo
Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz