Dichosos los que creen si haber visto
04/08/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 16, 13-23
En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién
dice la gente que es el Hijo del hombre?». Ellos le respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros que
Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas».
Luego les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy Yo?». Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: «Tú eres el
Mesías, el Hijo de Dios vivo».
Jesús le dijo entonces: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi
Padre, que está en los Cielos! Y Yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los
poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la
tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo». Y les ordenó a sus
discípulos que no dijeran a nadie que Él era el Mesías.
A partir de entonces, comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para padecer allí
mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte
y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: «No lo permita Dios, Señor. Eso no te puede suceder a ti».
Pero Jesús se volvió a Pedro y le dijo: «¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino,
porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!».
Oración introductoria
¡Qué dicha el poder tener este momento de oración! Quiero encontrar el camino de tu voluntad, y por eso te pido,
Señor y Dios mío, que ilumines y guíes esta meditación.
Petición
Señor, te pido la gracia de conocerte y conocer cuál es tu voluntad.
Meditación
«Estamos reunidos precisamente para celebrar una beatificación, y más aún porque hoy un Papa ha sido
proclamado Beato, un Sucesor de Pedro, llamado a confirmar en la fe a los hermanos. Juan Pablo II es beato por su
fe, fuerte y generosa, apostólica. E inmediatamente recordamos otra bienaventuranza: “Dichoso tú, Simón, hijo de
Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo”. Qué es lo que
el Padre celestial reveló a Simón? Que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios vivo. Por esta fe Simón se convierte en
“Pedro”, la roca sobre la que Jesús edifica su Iglesia. La bienaventuranza eterna de Juan Pablo II, que la Iglesia
tiene el gozo de proclamar hoy, está incluida en estas palabras de Cristo: “Dichoso, tú, Simón” y “Dichosos los que
crean sin haber visto”. Ésta es la bienaventuranza de la fe, que también Juan Pablo II recibió de Dios Padre, como
un don para la edificación de la Iglesia de Cristo» (Benedicto XVI, 1 de mayo de 2011).
Reflexión apostólica
«Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, constituye el paradigma de la plenitud humana. Él es el hombre
perfecto; el que da respuesta a todos los anhelos y aspiraciones del ser humano; el que revela al hombre el sentido
y el significado de su propia humanidad » Manual del miembro del Regnum Christi , n. 119).
Propósito
Hacer una oración para pedir que se haga el milagro para la canonización del Beato Juan Pablo II.
Diálogo con Cristo
Jesús, ayúdame a que nunca deje de maravillarme por el inmenso amor que me ofreces todos los días. Quiero
corresponder buscando entablar diálogos de amistad contigo en medio de todas mis actividades, así como lo solía
hacer Juan Pablo II.
«El apostolado es un invitar a los demás a realizar la misma experiencia espiritual de conocimiento y amor a
Jesucristo»
( Cristo al centro, n. 1933).