III Semana de Adviento, Ciclo C.
Introducción a la semana
Esta semana, desde el lunes día 17, nos encontramos con la liturgia especial de
los ocho días que anteceden a la Navidad. Las lecturas comienzan presentando
el anuncio del triunfo de los hijos de Jacob, continúa con el anuncio de un
vástago legítimo de David, que “hará justicia y derecho en la tierra”. Anticipo de
la maternidad de María virgen es la figura de Ana, la madre de Sansón, en
ambos casos la maternidad se debe a una actuación explícita de Dios. Las
lecturas evangélicas de estos días de la octava previa a la Navidad, nos ponen
ya ante el acontecimiento: la genealogía de Jesús, según Mateo, la concepción
de María según san Mateo también, la concepción sorprendente de Juan en el
estéril seno de Isabel.
También nos ponen ante el acontecimiento el anuncio del ángel a María que es la
culminación de la profecía del Enmanuel (“Dios con nosotros”), que Isaías había
proclamado ante un rey pesimista sobre el porvenir de su pueblo y la visita a
Isabel, en la que a María se la oye decir: “dichosa tú, porque has creído”, como
un eco del gozo que expresaba ya la esposa del Cantar de los Cantares o que se
le anunció a la Hija de Sión por la proximidad de su Esposo-Señor. En el júbilo
agradecido del cántico de María resuena el de la estéril Ana por su hijo tan
deseado, fruto de la plegaria y de la gracia.
Estos días hemos de esforzarnos en que el ambiente festivo que ya se respira,
las comidas que se celebran, las compras que se realizan, que se salen de lo
normal, la iluminación de nuestras calles no oscurezca la preparación inmediata
de la celebración de La Navidad. La liturgia nos ayuda a ello.
Equipo Evangelio del día
Con permiso de dominicos.org