Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Adviento
Día 19 de Diciembre
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: El ángel anuncia el nacimiento de Sansón * Que mi boca
esté llena de tu alabanza y cante tu gloria. * El ángel Gabriel anuncia el nacimiento
de Juan Bautista
Textos para este día:
Jueces 13,2-7.24-25a:
En aquellos días, había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoj. Su
mujer era estéril y no había tenido hijos. El ángel del Señor se apareció a la mujer
y le dijo: "Eres estéril y no has tenido hijos. Pero concebirás y darás a luz un hijo;
ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro, porque concebirás y
darás a luz un hijo. No pasará la navaja por su cabeza, porque el niño estará
consagrado a Dios desde antes de nacer. Él empezará a salvar a Israel de los
filisteos."
La mujer fue a decirle a su marido: "Me ha visitado un hombre de Dios que, por su
aspecto terrible, parecía un mensajero divino; pero no le pregunté de dónde era, ni
él me dijo su nombre. Sólo me dijo: "Concebirás y darás a luz un hijo: ten cuidado
de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro; porque el niño estará consagrado
a Dios desde antes de nacer hasta el día de su muerte."" La mujer de Manoj dio a
luz un hijo y le puso de nombre Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo. Y el
espíritu del Señor comenzó a agitarlo.
Salmo 70 :
Sé tú mi roca de refugio, / el alcázar donde me salve, / porque mi peña y mi
alcázar eres tú. / Dios mío, líbrame de la mano perversa. R.
Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza / y mi confianza, Señor, desde mi
juventud. / En el vientre materno ya me apoyaba en ti, / en el seno tú me
sostenías. R.
 
Contaré tus proezas, Señor mío, / narraré tu victoria, tuya entera. / Dios mío, me
instruiste desde mi juventud, / y hasta hoy relato tus maravillas. R.
Lucas 1,5-25:
En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del
turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón llamada Isabel. Los dos eran
justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor.
No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada.
Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los
sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la
muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. Y se
le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo,
Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. Pero el ángel le dijo: "No
temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un
hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría, y muchos se alegrarán
de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se
llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al
Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para
convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes, a la
sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto."
Zacarías replicó al ángel: "¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi
mujer es de edad avanzada." El ángel le contestó: "Yo soy Gabriel, que sirvo en
presencia de Dios; he sido enviado a hablarte para darte esta buena noticia. Pero
mira: te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque
no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento."
El pueblo estaba aguardando a Zacarías, sorprendido de que tardase tanto en el
santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una
visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo. Al cumplirse
los días de su servicio en el templo volvió a casa. Días después concibió Isabel, su
mujer, y estuvo sin salir cinco meses, diciendo: "Así me ha tratado el Señor cuando
se ha dignado quitar mi afrenta ante los hombres."
Homilía
Temas de las lecturas: El ángel anuncia el nacimiento de Sansón * Que mi boca
esté llena de tu alabanza y cante tu gloria. * El ángel Gabriel anuncia el nacimiento
de Juan Bautista
1. Dos nacimientos, dos fortaleza
1.1 Las lecturas de hoy nos presentan el anuncio de dos nacimientos. La llegada de
cada ser humano a este mundo es una inmensa pregunta al futuro. La Historia
misma es ante todo el tejido de las decisiones, pequeñas o grandes, que vamos
tomando, y por ello la voluntad de cada persona es un elemento más de libertad
para el conjunto de la humanidad.
1.2. En este caso los dos nuevos seres humanos tendrán una característica en
común: una inmensa fortaleza. La proverbial fuerza física de Sansón y el poder de
la denuncia de hacen pareja. Aunque, si bien lo pensamos, hay varios contrastes
entre estos dos formidables siervos de Dios. Veamos.
1.3 Sansón es la imagen de un hombre que quiere cambiar su entorno; Juan
Bautista es aquella voz que llama a cada uno a revisar su propia vida. Sansón mira
y hace mirar hacia fuera; Juan mira y hace mirar hacia adentro. Como Sansón
actúa hacia fuera, desconoce su propio interior, y allí, en su mundo interior de
afectos, es atrapado por un cariño que finalmente lleva al desastre su camino. En
paralelo: como Juan denuncia la infidelidad interior, la del corazón, es encarcelado
por un rey espúreo que vive encadenado a una pasión ilícita. Finalmente: aunque
Sansón fue atrapado por ese afecto interior, al final de sus días ejerció a su modo
su vocación y puso su fortaleza al servicio del plan divino. Paralelamente, aunque
Juan fue encarcelado en su cuerpo, su profetismo obró en libertad y su martirio
dejó una página imborrable de santidad y fidelidad que todavía hoy nos libera y
hace inmenso bien.
2. La esterilidad vencida
2.1 Tanto Sansón como Juan son hombres grandes. Mas su grandeza proviene no
sólo de sus obras sino de su misma existencia, pues la existencia de ambos es en sí
misma una señal de la acción de Dios. Se suponía que ellos no podían existir; han
llegado a ser porque una barrera, la de la esterilidad, ha sido vencida.
Evidentemente el aspecto de "regalo" que tiene la existencia se hace más patente
cuando esa misma existencia parecía negada de entrada por un muro de muerte
llamado esterilidad.
2.2 Zacarías no alcanza a creer en el tamaño del regalo; le abruma el don. O tal
vez siente que ese regalo llega ya muy tarde o no llega del modo que él lo quisiera.
Al fin y al cabo, la fecundidad humana es algo que parece estar en nuestro control,
y por ello no es fácil recibir una fecundidad como simple y sencilla dádiva. Sin
embargo, ese regalo, simple y sencillo regalo, es lo que viene a ofrecernos
Jesucristo. Su regalo se llama gracia.
2.3 Nuestra vida es estéril o por lo menos amenazada de esterilidad. La esterilidad
de la vida se llama absurdo, falta de sentido. Necesitamos ser salvados de esa
esterilidad y los precios textos de hoy nos enseñan que sólo un camino es posible:
el regalo, la gracia, el don. A nosotros, como a Zacarías, puede parecernos que algo
tan pequeño como una predicación, una absolución o una celebración eucarística es
incapaz de transformar mucho en nuestros absurdos. También nosotros, como él,
solemos preguntar: "¿cómo estaré seguro de eso?, ¿cómo sabré que así
sucederá?". Y sin embargo, en eso tan humilde, tan pequeño como una hostia,
habita el don capaz de cambiar nuestra historia y renovar al mundo.
Fr. Nelson Medina, O.P.