Acoger el amor de Dios.
2012-12-18
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 1, 18-24
Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada
con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu
Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no
queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: «José, hijo
de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha
concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre
de Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del
profeta Isaías: *He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien
pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.*
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del
Señor y recibió a su esposa. Palabra del Señor.
Oración introductoria
Jesús, el misterio de la Encarnación es un maravilloso misterio de humildad y de
amor. Todos los protagonistas me dan una lección de vida que quiero llegar a vivir.
Permite que esta oración abra mi mente y mi corazón para tener esa docilidad de
san José y la humildad de María.
Petición
Señor, dame el espíritu generoso y obediente de san José para vivir mi vocación
cristiana con esa misma magnanimidad.
Meditación
Acoger el amor de Dios.
«Queridas familias, pedid con frecuencia en la oración la ayuda de la Virgen María y
de san José, para que os enseñen a acoger el amor de Dios como ellos lo acogieron.
Vuestra vocación no es fácil de vivir, especialmente hoy, pero el amor es una
realidad maravillosa, es la única fuerza que puede verdaderamente transformar el
mundo. Ante vosotros está el testimonio de tantas familias, que señalan los
caminos para crecer en el amor: mantener una relación constante con Dios y
participar en la vida eclesial, cultivar el diálogo, respetar el punto de vista del otro,
estar dispuestos a servir, tener paciencia con los defectos de los demás, saber
perdonar y pedir perdón, superar con inteligencia y humildad los posibles conflictos,
acordar las orientaciones educativas, estar abiertos a las demás familias, atentos
con los pobres, responsables en la sociedad civil. Todos estos elementos construyen
la familia. Vividlos con valentía, con la seguridad de que en la medida en que viváis
el amor recíproco y hacia todos, con la ayuda de la gracia divina, os convertiréis en
evangelio vivo, una verdadera Iglesia doméstica» (Benedicto XVI, 3 de junio de
2012).
Reflexión apostolic
«Han de crear, dentro del marco familiar, un ambiente de confianza, comprensión,
alegría, intereses compartidos, perdón, disponibilidad y apertura, de tal manera que
las relaciones entre todos los miembros de la familia estén impregnadas de un
genuino amor recíproco, iluminado y sostenido por el ejemplo y la presencia de
Cristo en el hogar» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 291).
Propósito
Crear y fomentar, en todo lugar y momento, un ambiente de acogida y
benedicencia.
Diálogo con Cristo
Jesucristo, ayúdame a edificar mi propia santificación en la entrega generosa, en la
búsqueda de tu gloria y en una esforzada abnegación de mí mismo, especialmente
en el seno de mi propia familia, siguiendo el ejemplo de san José, quien ante una
crisis, su primera reacción fue la caridad.
«¿Hay acaso algo que pueda unir más profundamente dos corazones, o los
corazones todos de un hogar, que la sintonía espiritual de quienes creen lo mismo y
aman con un mismo amor al Padre que está en el cielo?»
(Cristo al centro, n. 894).