III M IÉRCOLES DE A DVIENTO , 19 –XII
T IEMPO FECUNDO
“El ángel del Se￱or se apareci￳ a la mujer y le
dijo: -«Eres estéril y no has tenido hijos. Pero
concebirás y darás a luz un hijo».” (Jue 13, 2-7)
-“No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido
escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y
le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de
alegría, y muchos se alegrarán de su
nacimiento” (Lc 1, 5-25).
S ÚPLICA
“Que mi boca esté llena de tu alabanza y
cante tu gloria”.
C ONSIDERACIÓN
Dios ha intervenido en la historia. En un tiempo concreto, ha acontecido el
cumplimiento de las promesas. Más allá de la fuerza biológica, de la capacidad natural,
del orden físico, por gracia divina, se desarrollaron los acontecimientos necesarios para
que el Verbo de Dios se hiciera carne.
Los nombres bíblicos revelan la acción divina. Zacarías significa “Dios se ha
acordado”; Isabel, “Dios es mi plenitud”; Juan, “Dios es misericordioso”. En estos
personajes se concentra la providencia divina, para manifestar el poder de Dios, su
acción salvadora.
No nos acercamos a un espectáculo, ni a unos hechos que conciernen a terceras
personas. Cada uno puede reconocer la acción de Dios en su vida y entonar, como el
sacerdote Zacarías, la bendición al Señor, porque ha recibido su visita.
¡Tantas veces lo que creemos fruto de nuestras manos es regalo de la
misericordia! Sería de inconscientes no ser sensibles y agradecidos por la generosidad
divina, o reducir los hechos a casualidad.
La fecundidad de nuestros trabajos se debe a la gracia. “En viento y en nada he
gastado mis fuerzas, el salario lo lleva mi Dios”, reza la Biblia. “No a nosotros, Señor,
no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria”.
P ROPUESTA
Entona tu “Benedictus”, agradece a Dios la Historia de salvaci￳n, y tu historia
personal, en la que, seguro, han acontecido hechos por los que debes reconocer en ti la
acción misericordiosa de Dios, que se ha acordado de ti y que te ha llenado de gracias
abundantes.