IV L UNES DE A DVIENTO (24-XII)
T IEMPO DE ACOGIDA
“¿Eres tú quien me va a construir una
casa para que habite en ella?” (2Sam 7,
1-5)
“Por la entrañable misericordia de
nuestro Dios, nos visitará el sol que
nace de lo alto, para iluminar a los que
viven en tinieblas y en sombra de
muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz” (Lc 1, 79).
M EDITACIÓN
Entra, Señor, en mi casa, aunque no soy digno; sé huésped de mi habitación
interior, aunque tengas que alzar la vista para no ver toda mi pobreza. Tú llenas de luz
mi oscuridad, de amor mi frío corazón, de acompañamiento mi soledad, de gozo mis
nostalgias. Ven, ven, Señor, no tardes más.
Si al inicio del Tiempo de Adviento los pies se dirigían a la altura del monte del
Señor, si la llamada a ascender al monte santo significaba esfuerzo, ascesis y
conversión, llega la hora en la que sólo hace falta acoger, recibir, sobrecogerse, adorar,
rendir el pensamiento, porque ya no se trata de subir, sino de dejarle a Dios, que nace
hombre, un lugar en el propio corazón.
La misericordia del Señor triunfa sobre el juicio; Él no sólo desea habitar en
nuestra casa, sino que incluso nos ha dado la gracia para edificarla, pues en vano se
cansan los albañiles, si el Señor no construye la casa. Nuestra existencia, nuestra
corporeidad se convierte en espacio habitable porque Dios la ha asumido en la persona
de su Hijo, el Hijo de María de Nazaret.
Si Dios se conmovió cuando David pensó en hacer un templo para el Arca de la
Alianza, ¡cuánto más se conmueve, cuando ve al ser humano deseando su presencia!
S ÚPLICA
Sol que naces de lo alto, Resplandor de la luz eterna, Sol de justicia, ¡ven ahora a
iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte!
D ISPOSICIONES
¿Tienes paz en tu corazón? La presencia de Dios dentro de ti, ¿te da gozo, o te
violenta?
¿Te mantienes en actitud de espera, o preocupado y hacendoso en mil cosas, sin
reparar que hoy desea hospedarse en tu casa el Hijo de Dios, el Emmanuel?
Feliz Nochebuena, que gustes el paso del Señor en ti y entre los tuyos.