Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Ciclo C, Adviento,
Domingo de la Semana No. 4
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: De ti saldrá el jefe de Israel * Oh Dios, restáuranos, que
brille tu rostro y nos salve. * Aquí estoy para hacer tu voluntad * ¿Quién soy yo
para que me visite la madre de mi Señor?
Textos para este día:
Miqueas 5, 1-4a:
Así dice el Señor: "Pero tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti
saldrá el jefe de Israel.
Su origen es desde lo antiguo, de tiempo inmemorial.
Los entrega hasta el tiempo en que la madre dé a luz, y el resto de sus hermanos
retornará a los hijos de Israel.
En pie, pastoreará con la fuerza del Señor, por el nombre glorioso del Señor, su
Dios.
Habitarán tranquilos, porque se mostrará grande hasta los confines de la tierra, y
éste será nuestra paz."
Salmo 79, 2ac y 3b. 15-16. 18-19 :
Pastor de Israel, escucha, tú que te sientas sobre querubines, resplandece.
Despierta tu poder y ven a salvarnos. R.
Dios de los ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña, la
cepa que tu diestra plantó, y que tú hiciste vigorosa. R.
Que tu mano proteja a tu escogido, al hombre que tú fortaleciste. No nos
alejaremos de ti: danos vida, para que invoquemos tu nombre. R.
Hebreos 10, 5-10:
 
Hermanos: Cuando Cristo entró en el mundo dijo: "Tú no quieres sacrificios ni
ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas
expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: "Aquí estoy, oh Dios,
para hacer tu voluntad.""
Primero dice: "No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas
expiatorias", que se ofrecen según la Ley. Después añade: "Aquí estoy yo para
hacer tu voluntad."
Niega lo primero, para afirmar lo segundo.
Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo
de Jesucristo, hecha una vez para siempre.
Lucas 1, 39-45:
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo
de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó
Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú entre las mujeres, y
bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó
a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído,
porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."
Homilía
Temas de las lecturas: De ti saldrá el jefe de Israel * Oh Dios, restáuranos, que
brille tu rostro y nos salve. * Aquí estoy para hacer tu voluntad * ¿Quién soy yo
para que me visite la madre de mi Señor?
1. El Señor está Cerca
1.1 Las lecturas de este domingo dirigen nuestra atención con resolución hacia el
misterio del Mesías, nacido de la estirpe de David (primera lectura), en acuerdo con
las Escrituras y para plenitud de ellas (segunda lectura), del vientre de María, la
gran creyente (evangelio).
1.2 El Señor está cerca pero hay que saber dónde buscarlo para poder encontrarlo.
El mensaje de hoy es: búscalo cerca de Belén, cerca de la Escritura, cerca de María.
Verás cómo nace en ti, en tu casa, en tu vida.
2. La Historia como un Parto
2.1 Las palabras de Miqueas anuncian cosas grandes a la pequeña aldea de Judá:
"de ti saldrá el jefe de Israel." Mas el proceso no es mágico: hay un camino que
recorrer, descrito aquí con dos metáforas bien entendibles: el abandono y el parto.
2.2 Israel se siente abandonado de Dios; para ellos eso es un hecho. Y el profeta lo
que hace es tomar ese sentimiento denso y agobiante, y abrirlo hacia una
esperanza y ponerle un límite: hay un niño por nacer, un niño que será bendición
para todos. De modo que, en cierto sentido, el dolor del parto no es sólo el dolor de
esa mujer cuya identidad queda en la penumbra del misterio: el parto es de todo el
pueblo. La historia se convierte en un dar a luz.
2.3 Así visto, el dolor presente se convierte en el comienzo de la alegría futura, y
todos pueden de algún modo sentir que el que habrá de nacer para todos nace.
3. Cristo Llega a la Tierra
3.1 Hay dos modos, por lo menos, de enfocar la segunda lectura, y ambos nos
enseñan muchas cosas. Podemos tomar esas palabras que la Carta a los Hebreos
pone en boca de Cristo para ver el perfil de una espiritualidad de la Encarnación:
obediencia pronta, culto en la propia vida y con la propia vida, generosidad
absoluta.
3.2 Ahora bien, puede ser demasiado antropomorfismo imaginar a Cristo
expresando un querer con palabras al entrar a este mundo. Según esto, es posible
entender la aplicación que hace la Carta a los Hebreos no como un apunte
biográfico del inicio de la vida de Cristo sino como su descubrimiento de su
vocación profunda. Es como entender en un momento de la vida para qué es toda
la vida.
3.3 Lo hermoso de esta segunda perspectiva es que nos permite darnos la
oportunidad de hacer el mismo ejercicio nosotros mismos: también nosotros, en
contacto con la Palabra de Dios, llegamos eventualmente a descubrir que nuestra
vida tiene un propósito profundo. Alcanzar esa palabra fundante es encontrar una
luz muy vigorosa, una ruta cierta y fecunda.
4. Llega Jesús, y con Él la Alegría
4.1 El evangelio nos acerca aún más al arribo de Cristo a nuestro mundo. ¡Ya
pronto se podrá palpar su cuerpecito en el vientre fecundo de la Virgen Bella! Mas
hay uno que, sin tocar es como si tocara. Se llama Juan Bautista, y ha saltado de
gozo en la proximidad del Mesías. ¡Qué día gozoso!
4.2 la figura de Juan nos ha acompañado en este Adviento. Nos ha predicado
conversión. Su palabra acerada ha sido una hoz afilada que quiere dejar listo el
campo para la nueva siembra, la siembra de gracia que hará Cristo Jesús. Pero
antes que sus palabras, es esta danza suya en el vientre de Isabel la que nos invita
a tener la actitud justa frente al Mesías. Más allá de nuestros pensamientos,
estudios, conclusiones o resoluciones, Cristo es la Buena Nueva, y una buena nueva
se recibe con gratitud, con gozo, con danza, con explosión de alabanza.
4.3 Y destaquemos la palabra que el Espíritu Santo pone en boca de Isabel: "feliz la
que ha creído." Es como la gran definición "humana" de María, ya que la definición
celeste de Ella es "Kejaritomene, Llena de Gracia." Bendigamos la fe de María, y
con esa fe en nuestro corazón dancemos ante el Niño que ya llega.
Fr. Nelson Medina, O.P.