Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Solemnidad de la Natividad del Señor, Misa de la Vigilia
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: El Señor te prefiere a ti * Cantaré eternamente tus
misericordias, Señor. * Testimonio de Pablo sobre Cristo, hijo de David *
Genealogía de Jesucristo, hijo de David
Textos para este día:
Isaías 62, 1-5:
Por amor de Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que
rompa la aurora de su justicia, y su salvación llamee como antorcha. Los pueblos
verán tu justicia, y los reyes tu gloria; te pondrán un nombre nuevo, pronunciado
por la boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en
la palma de tu Dios. Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra «Devastada»;
a ti te llamarán «Mi favorita», y a tu tierra «Desposada», porque el Señor te
prefiere a ti, y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su novia, así te
desposa el que te construyó; la alegría que encuentra el marido con su esposa, la
encontrará tu Dios contigo.
Salmo 88, 4-5. 16-17. 27 y 29 :
Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David, mi siervo: "Te fundaré un linaje
perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades." R.
Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro; tu
nombre es su gozo cada día, tu justicia es su orgullo. R.
Él me invocará: "Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora." Le mantendré
eternamente mi favor, y mi alianza con él será estable. R.
Hechos 13, 16-17. 22-25:
Habiendo llegado a Antioquía de Pisidia, Pablo se puso en pie en la sinagoga y,
haciendo seña de que se callaran, dijo: "Israelitas y los que teméis a Dios,
escuchad:
 
El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros padres y multiplicó al pueblo cuando
vivían como forasteros en Egipto. Los sacó de allí con brazo poderoso.
Después nombro rey a David, de quien hizo esta alabanza: "Encontré a David, hijo
de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos."
Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús.
Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y,
cuando estaba para acabar su vida, decía: "Yo no soy quien pensáis; viene uno
detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias.""
Mateo 1, 1-25:
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.
Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá
engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a
Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a
Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.
David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a
Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán,
Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amós,
Amós a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro
de Babilonia.
Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a
Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc,
Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David
hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta
el Mesías, catorce.
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que
ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en
secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un
ángel del Señor que le dijo: "José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a
María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a
luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvara a su pueblo de los
pecados."
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta:
"Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel,
que significa "Dios-con-nosotros"."
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se
llevó a casa a su mujer.
Y sin que él hubiera tenido relación con ella, dio a luz un hijo; y él le puso por
nombre Jesús.
Homilía
Temas de las lecturas: El Señor te prefiere a ti * Cantaré eternamente tus
misericordias, Señor. * Testimonio de Pablo sobre Cristo, hijo de David *
Genealogía de Jesucristo, hijo de David
1. Cambio de Orientación
1.1 La esperanza se vuelve gozosa expectativa, anhelo inmenso y apremiante, en
las lecturas de hoy. Esta es al vigilia misma de la Navidad; este es el tiempo para
seguir, como paso a paso, las horas que dieron lugar al acontecimiento único e
irrepetible: ver al Hijo de Dios en nuestra carne.
1.2 El énfasis, por supuesto, está en la llegada de Cristo, pero la palabra clave que
traviesa los textos de esta celebración es el cambio de orientación. Cristo viene
como una "aurora de justicia" en la primera lectura; Él, en la segunda lectura, es
aquel para quien Juan el Bautista quiso preparar un pueblo bien dispuesto; Él, en el
evangelio, va al final de una larga lista de nombres, para ser aquel que en su
nombre mismo lleva la novedad de la salvación.
2. Anuncio de Plenitud
2.1 Cristo es humilde en su llegada a esta tierra pero su discreción no debe
interpretarse como impotencia o insignificancia. Es grande; solamente que su
grandeza no necesita de los altavoces con que los pequeños simulan ser grandes.
Es santo; solamente que su pureza no necesita de la propaganda que a menudo se
hacen los que les cuesta ser puros. Es fuerte; solamente que su fortaleza no
necesita de la fanfarronería de los que en fondo viven con miedo de que se les vea
su fragilidad.
2.2 Lo que Cristo trae ha de llamear como antorcha, nos dice Isaías. Debe verse,
debe iluminar a todos. La luz no tiene culpa cuando echa fuera a las tinieblas. Así
también, los cristianos no deben temer que el poder de su mensaje haga ver
pequeñas o falsas otras propuestas.
2.3 Lo que Cristo trae es también un "nombre nuevo," nos dice el profeta. Nuestros
nombres, la manera como nos tratamos y lo que pensamos de nosotros mismos es
pequeño porque se ha vuelto pequeña nuestra esperanza y porque nos humillan
nuestros pecados. La manera en cambio como Dios nos trata y el nombre nuevo
que viene a darnos refleja lo que seremos con esa gracia que empieza en el portal
de Belén y que tiene su consumación en la cruz de Jerusalén.
Fr. Nelson Medina, O.P.