EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Lucas 1,39-45.
En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.
Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel,
llena del Espíritu Santo,
exclamó: "¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu
vientre!
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?
Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno.
Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del
Señor".
Comentario del Evangelio por:
Beato Guerrico de Igny (c 1080-1157), abad cisterciense
Sermón 2ª para el Adviento, §1-2; SC 166
“Mirad a mi amado como viene saltando por los montes, brincando por las
colinas.” (Cant 2,8)
“Ya viene el Rey, corramos al encuentro de nuestro Salvador” (liturgia de
Adviento). Con raz￳n dijo Salom￳n: “Agua fresca en garganta sedienta, la buena
noticia de tierra lejana.” (Prov 25,25) Sí, es una buena noticia la que anuncia la
llegada del Salvador, la reconciliación del mundo, los bienes del mundo futuro. “Qué
hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae
la buena nueva”. (Is 52,7)...
Estas noticias son agua refrescante y bebida de sabiduría saludable para el alma
sedienta de Dios. En verdad, aquel que anuncia la llegada del Señor o sus misterios
nos da a beber. “Sacaréis agua con gozo de las fuentes del Salvador”. (Is 12,3)
También a aquel que trae este anuncio... el alma le responde con las palabras de
Isabel que había bebido del mismo Espíritu: “¿C￳mo es posible que la Madre de mi
Señor venga a visitarme? Porque en cuanto oí tu saludo, el niño empezó a dar
saltos de alegría en mi seno.” (Lc 1,43) saltando de gozo por ir al encuentro del
Señor.
En verdad, hermanos míos, hay que ir al encuentro de Cristo que viene saltando
de gozo y de entusiasmo... “Salud de mi rostro, Dios mío.” (Sal 42,5) En tu
condescendencia saludas a tus siervos y los salvas. .. No únicamente por las
palabras de paz, sino por el beso de paz. Tú te unes a nuestra carne, tú nos salvas
por tu muerte en la cruz. Que nuestro espíritu exulte, pues, con alegría
desbordante, que corra al encuentro del Señor que viene de lejos, aclamándole con
estas palabras: “Cúrame, Se￱or, y quedaré curado, sálvame, y quedaré a salvo,
pues a ti se dirige mi alabanza” (Jr 17,14); “Bendito el que viene en nombre del
Se￱or.” (Sal 117,25-26)
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”