Comentario al evangelio del Miércoles 26 de Diciembre del 2012
“La misma caridad que Cristo trajo del cielo a la tierra ha levantado a Esteban de la tierra al cielo. La
caridad que precedió en el Rey, ha brillado a continuación en el soldado” (Fulgencio de Ruspe, oficio
de lectura) . Ciertamente, nunca deja de sorprender la elección litúrgica que estos días hace la Iglesia:
ayer navidad, hoy un mártir, mañana un apóstol y evangelista, pasado una matanza injusta… ¡Un
misterio!. El evangelio es claro y sin ambigüedad:
“No os fieis de la gente”. ¿Cómo es posible? El mismo evangelio que nos habla de pastores
cantando y ángeles que desean la paz a todo hombre de buena voluntad, hoy nos previene y nos
recomienda no fiarnos de la gente.
“No os preocupéis de lo que vais a decir cuando os arresten, pues el Espíritu de vuestro Padre
hablará por vosotros”. ¿Cómo es posible? ¿Nos van a perseguir y arrestar? Acaso no conviene que
preparemos discursos y herramientas para “defender” el Evangelio, para poder hacer frente a
tanta gente que busca desprestigiarnos, confundirnos, ridiculizarnos por nuestra fe?
“Todos os odiarán por mi nombre”. ¿Cómo es posible? ¿Acaso Dios no es poderoso para velar
por los suyos y protegernos de todo mal? ¿Acaso los “malos” vencerán sobre los “buenos”?
Bien mirado, la vida y el testimonio de Esteban, incluso su forma de morir serenamente perdonando,
nos vacuna contra falsas ingenuidades de nuestra fe, muy propias del tiempo navideño. No da igual
esperar a Papá Noel que a los Reyes Magos; no da igual bendecir la mesa navideña o no hacerlo; no da
igual que el centro sea un abeto o un Belén… No da igual. La navidad sin el Niño Jesús se convierte en
un tiempo hueco, artificial, de una alegría y una amabilidad que no duran, que son forzadas… La
Navidad sin Niño es una navidad sin raíces que no puede arraigar en el corazón y se queda en
telemaratones, loterías, buenos deseos y una tristeza de corazón muy profunda…
Porque el Niño tierno y frágil del Portal es el hombre adulto que pasó haciendo el bien, que se fio
de la gente pero fue suficientemente astuto para saber a quién tenía delante, cuándo convenía
hablar y cuando callar…
Porque el Niño tierno y frágil del Portal es el hombre adulto que pasaba noches en oración
escuchando a su Padre y dejándose guiar por el Espíritu para no predicarse a sí mismo.
Porque el Niño tierno y frágil del Portal es el hombre adulto al que también odiaron… hasta la
muerte. Como a Esteban. Como a tantos hombres y mujeres… Y fue fiel hasta el final, porque
sabía quién estaba sosteniendo su Vida.
¿No te parece que pueden ser tres claves de fondo para que lo celebrado en navidad sean algo más que
buenos deseos televisivos?
Rosa Ruiz, Misionera Claretiana
Rosa Ruiz, Misionera Claretiana