Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Diciembre 27
Fiesta de San Juan, Apóstol y Evangelista
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Os anunciamos lo que hemos visto y oído * Alegraos,
justos, con el Señor. * El otro discípulo corría más que Pedro y llegó primero al
sepulcro
Textos para este día:
1 Juan 1,1-4:
Queridos hermanos: Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que
hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras
manos: la Palabra de la vida (pues la vida se hizo visible), nosotros la hemos visto,
os damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre y se
nos manifestó. Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis
unidos con nosotros en esa unión que tenemos con el Padre y con su Hijo
Jesucristo. Os escribimos esto, para que nuestra alegría sea completa.
Salmo 96 :
El Señor reina, la tierra goza, / se alegran las islas innumerables. / Tiniebla y nube
lo rodean, / justicia y derecho sostienen su trono. R.
Los montes se derriten como cera / ante el dueño de toda la tierra; / los cielos
pregonan su justicia, / y todos los pueblos contemplan su gloria. R.
Amanece la luz para el justo, / y la alegría para los rectos de corazón. / Alegraos,
justos, con el Señor, / celebrad su santo nombre. R.
Juan 20,2-8:
El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde estaba
Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: "Se han
llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto." Salieron Pedro y
el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo
 
corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio
las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y
entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían
cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro;
vio y creyó.
Homilía
Temas de las lecturas: Os anunciamos lo que hemos visto y oído * Alegraos,
justos, con el Señor. * El otro discípulo corría más que Pedro y llegó primero al
sepulcro
1. Ojos a lo alto, mirada a lo profundo
1.1 Dos características destacan indudablemente, en los escritos del apóstol Juan;
dos notas que parecen contradecirse en términos físicos, pero se complementan
bellamente cuando se trata de espiritualidad: altura y profundidad, es decir: ojo a
lo alto y mirada a lo profundo.
1.2 Este es el evangelista que hunde su mirada en el misterio admirable del Verbo y
arranca del Cielo palabras que parecían prohibidas a los mortales. La audacia de su
mensaje compite con la belleza de su expresión, de modo que el corazón creyente,
cuando de veras lee a Juan, llega asentir esa especie de embriaguez deliciosa que
se siente en los lugares altísimos, cuando todo se hace visible y adquiere por así
decirlo su lugar en el conjunto sobrecogedor e imponente.
1.3 Nadie piense, sin embargo, que estamos hablando de un poeta de fantasías o
de un novelista de seres o sensaciones imaginarias. Apegado a lo concreto y a lo
real, mira qué nos ofrece: "lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros
ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de la
vida...". No es un vendedor de quimeras, no es un soñador atorado en sus
ilusiones: es ante todo un testigo.
2. Estar en comunión
2.1 Es difícil saber cuál podría ser la "gran palabra", el concepto clave de la
enseñanza de Juan: ¿la Palabra?, ¿la pareja ver-creer?, ¿la vida? Lo más seguro es
decir que, más que una palabra o una única idea, en el corazón de la doctrina de
Juan tenemos un conjunto armonioso y complementario de experiencias vividas
desde Dios y hacia Dios. En este sentido el término clave sería "comunión".
2.2 Estar "en comunión" es precisamente participar-de, recibir y compartir,
aprender y ejercer un lenguaje, vivir lo mismo aunque no en la misma forma, en
fin, llegar a ser con el otro. Es algo tan central en el mensaje de Juan, que llega a
decirnos: "eso les anunciamos para que también ustedes estén en comunión con
nosotros" (1 Jn 1,3).
2.3 Es preciso que nuestra fe católica redescubra la potencia de esas expresiones.
"Estar en comunión", "comulgar", que es su equivalente, significa mucho más que
participar de un rito, asentir a una doctrina o permanecer bajo una disciplina
eclesiástica, aunque todo ello tiene también su valor. Es respirar de un mismo
Espíritu, tener unas referencias experienciales comunes, haber aprendido juntos un
modo de hablar sobre el Señor, llorar con las lágrimas del hermano y reír con su
sola sonrisa
Fr. Nelson Medina, O.P.