Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo de Navidad
Día 2 de Enero
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Lo que habéis oído desde el principio permanezca en
vosotros * Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. *
En medio de vosotros hay uno que no conocéis
Textos para este día:
1Juan 2,22-28:
Queridos hermanos: ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el
Cristo? Ése es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo
tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo posee también al Padre. En cuanto a
vosotros, lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si
permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros
permaneceréis en el Hijo y en el Padre; y ésta es la promesa que él mismo nos
hizo: la vida eterna.
Os he escrito esto respecto a los que tratan de engañaros. Y en cuanto a vosotros,
la unción que de él habéis recibido permanece en vosotros, y no necesitáis que
nadie os enseñe. Pero como su unción os enseña acerca de todas las cosas -y es
verdadera y no mentirosa- según os enseñó, permanecéis en él. Y ahora, hijos,
permaneced en él para que, cuando se manifieste, tengamos plena confianza y no
quedemos avergonzados lejos de él en su venida.
Salmo 97 :
Cantad al Señor un cántico nuevo, / porque ha hecho maravillas: / su diestra le ha
dado la victoria, / su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria, / revela a las naciones su justicia: / se acordó de
su misericordia y su fidelidad / en favor de la casa de Israel. R.
 
Los confines de la tierra han contemplado / la victoria de nuestro Dios. / Aclama al
Señor, tierra entera; / gritad, vitoread, tocad. R.
Juan 1,19-28:
Éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén
sacerdotes y levitas a Juan a que le preguntaran: “¿Tú quién eres?” Él confes￳ sin
reservas: “Yo no soy el Mesías.” Le preguntaron: “¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?”
Él dijo: “No lo soy.” “¿Eres tú el Profeta?” Respondi￳: “No.” Y le dijeron: “¿Quién
eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices
de ti mismo?” Él contest￳: “Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el
camino del Se￱or”, como dijo el profeta Isaías.”
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: “Entonces, ¿por qué bautizas si
tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?” Juan les respondi￳: “Yo bautizo con
agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y
al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.” Esto pasaba en Betania, en
la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.
Homilía
Temas de las lecturas: Lo que habéis oído desde el principio permanezca en
vosotros * Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. *
En medio de vosotros hay uno que no conocéis
1. La mentira más grande del mundo
1.1 Desde la óptica de Juan hay una verdad que es la más grande del mundo. Esa
verdad está en la carne de Cristo, en cuanto, en esa carne hemos visto, oído y
palpado la revelación que Dios nos ha dado de su amor y su salvación.
1.2 Según esto, la gran mentira es negar esa revelación que tiene precio y valor de
sangre del Hijo de Dios. Y eso es lo propio del anticristo; eso es lo propio de aquel o
aquellos que se oponen al Señor Jesús.
1.3 Por eso es fuerte la exhortaci￳n: “permanezcan en lo que han oído” (1 Jn 2,24).
Es una advertencia severa, que podríamos poner en paralelo con las palabras,
también graves, del ap￳stol Pablo: ” Me maravillo de que tan pronto hayáis
abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio
diferente; que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os
perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero si aun nosotros, o un
ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado,
sea anatema” (Gál 1,6-8).
1.4 Este tipo de moniciones nos previenen contra las “novedades”, un tema que
aparece muchas veces en el Nuevo Testamento. El Evangelio es simple,
contundente, eficaz; las novedades, que no son profundizaciones sino traiciones al
Evangelio, son retorcidas, tratan más de seducir que de salvar; acarician nuestra
conducta, no la cambian.
2. En medio de ustedes hay uno que no conocen
2.1 El texto del evangelio de hoy, por su parte, prolonga nuestra lectura del
evangelio de Juan. El prólogo, que ocupó los primeros dieciocho versículos, y que
ya fue leído dos veces en este tiempo de navidad, nos lanzó al misterio sublime de
la encarnación como revelación de la gloria; ahora seguimos la lectura de este
cuarto evangelio, desde el versículo diecinueve. Es otro modo de presenciar la
llegada del misterio de la Palabra Encarnada: no al estilo de Mateo o Lucas que nos
brindan algunas escenas de Jesús bebé o párvulo, sino, si se quiere, desde la
teología.
2.2 Juan, en efecto, antes de presentarnos a Cristo en escena, presenta al
precursor, al Bautista. Lo importante de esta parte es que nos queden claras
algunas cosas: la distancia y a la vez el orden que une al Precursor con el Mesías;
la grandeza de aquel que se acerca; y la convicci￳n de que “no le conocemos”.
2.3 Este último punto merece ser destacado: para recibir a la Palabra necesitamos
entender que no es ninguna de nuestras palabras. Conocer nuestra ignorancia;
saber que no le conocemos es un buen modo de disponernos a conocerle. Así Juan
nos prepara para ver a Jesús actuando y predicando.
Fr. Nelson Medina, O.P.