III domingo del tiempo ordinario. Ciclo C
Construir una convivencia pacífica
La Palabra: Lucas compone su evangelio “siguiendo las tradiciones transmitidas
por los primeros testigos oculares”. Y a￱ade dos cosas. Primera: “El Espíritu del
Se￱or está sobre mí porque me ha enviado para anunciar a los cautivos la libertad”.
Segunda: “hoy se cumple esta Escritura ante vuestros ojos” (Evangelio).
1. Los evangelios no cuentan invenciones imaginarias sino acontecimientos
históricos de Jesús narrados por los testigos oculares; así nos transmiten una
historia real. Pero los evangelistas no son cronistas preocupados por contar todos
los detalles. Redactaron sus escritos en las primeras comunidades cristianas a
modo de catequesis para promover la fe y ofrecer al mundo la buena noticia de que
Jesús es el Salvador. Con esa intención termina el cuarto evangelio diciendo que ha
hecho una selecci￳n de lo que Jesús hizo y dijo para que “vosotros creáis que Jesús
es el Mesías, Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre” (Jn 20,
31). Por tanto, los evangelios relatan hechos y dichos de Jesús ya interpretados
desde la fe.
2. Animado por una fuerza singular, el Espíritu de Dios, Jesús se presenta como el
Profeta que realiza las promesas y responde a la esperanza del pueblo. “El Espíritu
del Señor está sobre mí porque me ha ungido; me ha enviado a dar la buena
noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, a los ciegos la vista;
para dar la libertad a los oprimidos, para anunciar el a￱o de gracia del Se￱or”. El
año de gracia es el año de la reconciliación, cuando se cancelan todas las deudas
contraídas. La motivación de Jesús no es el mantenimiento de unas prácticas
religiosas ni el anuncio de verdades sublimes y abstractas. Su apasionamiento es
por una humanidad libre de todas sus alienaciones y totalmente reconciliada.
3. Participando con sus paisanos de Nazaret en la celebración del sábado, Jesús
proclama esa palabra de Isaías. Pero se permite cambiar el texto del profeta Isaías
omitiendo una frase: “y el día de la venganza”. Todavía más, se atreve a decir:
“hoy ante vuestros ojos se cumple lo que habéis oído”. Así afirma dos cosas.
Primera, que Dios es amor y no sabe más que amar, en su corazón no cabe la
venganza. Segunda, que Jesús mismo con sus obras y palabras, es el portador de
la liberación. Con nuestra forma de vivir y de actuar los cristianos debemos ser
testigos de que es posible una convivencia pacífica sin recurrir a la venganza y que
la verdadera libertad fructifica en el amor incluso a nuestros enemigos.
Fray Jesús Espeja, OP
Con permiso de Palabranueva.net