Conocer al hombre
Graham Greene tiene esta estupenda frase: “Si conociéramos el verdadero fondo de
todo, tendríamos compasión hasta de las estrellas”. La filosofía plantea el conocimiento
de sí mismo como el principio de la sabiduría. Buscarle el sentido a la vida y tomar el
camino correcto, nos va dando las pistas de ese fondo último de nuestra existencia y de
nuestra conciencia.
Epifanía es “revelación”, puesta en camino, encuentro, luz, movimiento: Manifestación
de Dios, búsqueda del hombre. Que si buscamos a Dios es que Él primero se ha puesto
en camino hacia nosotros. Si emprendemos el camino a su encuentro, Él ha tomado la
iniciativa del primer paso. Va adelante, nos espera. Nuestro esfuerzo se ve compensado
por el don inmenso del encuentro, de la luz que se nos da.
Los muchos personajes que entran en escena y los lugares geográficos en donde se
desarrolla nos permiten pinceladas en brocha gorda, sobre rostros, actitudes y
procedimientos humanos que marcan nuestra identidad: Hay quienes desde lejos, se
acercan. Otros muy cercanos se pierden en el contorno. Hay quien manejando la
Palabra, la ignora. Y quienes sin conocerla descubren sus reflejos en la estrella.
El centro es Jesucristo quien se hace encontradizo como luz que devela lo más íntimo
del ser humano: A quienes detentan el poder los deslumbra con su pequeñez. A los
poseedores de la verdad les cuestiona su cerrazón mental. A los investigadores les abre
caminos. Y una estrella guía al lugar exacto donde la Palabra se hace carne que
humaniza, centra en lo esencial y lleva a la realización en el amor universal.
Cochabamba 06.01.13
jesús e. osorno g. mxy
jesus.osornog@gmail.com