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E STRELLA ESTRELLADA
D OMINGO 2 º DE N AVIDAD -E PIFANÍA (M T 2, 1-12)
6 DE ENERO DE 2013
Con la fiesta de la Epifanía estamos llegando al final del tiempo litúrgico de la
Navidad. No s￳lo los pastores de las majadas de Belén se allegaron al Portal, no s￳lo los
lugare￱os movidos por la curiosidad y el boca a boca se hicieron presentes. Había
también una cita especial para unos personajes especiales: aquellos sabios del Oriente,
magos de profesi￳n, es decir, astr￳nomos y estudiosos del universo.
Hoy es uno de esos días en los que todos nos volvemos ni￱os recuperando los
sue￱os de nuestra infancia más feliz. Quien más y quien menos recordará la emoci￳n
tensa, tiernamente en vilo, cuando llegaba la víspera de cada 6 de enero. Las otras fiestas
de los días navide￱os habían ido dando cita a los adultos con cenas y comidas de familia,
con misas del gallo y visitas de los amigos y parientes más allegados por más que
estuvieran lejos el resto del a￱o. Pero llegaba el 5 de enero, y todos nos arrebujábamos
para asomarnos en primera fila el paso de la cabalgata de los Reyes Magos de Oriente.
Los habíamos visto en el nacimiento que habíamos preparado con nuestros
mayores, los íbamos moviendo como quien tiene prisa de que llegasen cuanto antes al
portalín. Ahora tocaba verlos entrar por nuestra ciudad, cargados de majestad y de
regalos. Con nuestros ojitos mirando hacia arriba a su paso, con nuestra nariz sonrojada
del frío y la ilusi￳n, nos parecía que en verdad llegaban con nuestro pedido, mientras le
decíamos a la abuela o a la mamá: ¿se acordarán de lo que les puse en la carta?
Con todo el encanto de estas escenas que nos trae la memoria de nuestra ni￱ez, la
fiesta de los Reyes Magos nos indica que es otra cosa la que aquí estamos celebrando.
Vinieron atraídos por una estrella, es decir, se dejaron sabiamente provocar. Y aquella luz
atrayente era el pobre reflejo de la verdadera luminaria que Dios encendi￳ en Belén al
darnos a su propio Hijo. Llegaron y adoraron al Ni￱o Dios. Reconocieron en aquel bebé al
misterio resuelto de todos sus enigmas, de todas sus búsquedas, de todas sus preguntas.
Y no pudieron por menos que regalarle cuanto llevaban de más noble, de más bello y de
más valioso.
Corrada del Obispo 1. 33003 Oviedo
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Hoy es otra la cabalgata, y es otra también nuestra edad. Pero las preguntas de
nuestro coraz￳n no han cambiado, y tampoco la respuesta que en su Hijo nos sigue
dando Dios. Es menester encontrar la estrella, la que el Se￱or enciende en nuestra vida
para nuestro bien, como discreto gui￱o de un camino a recorrer, o de un camino que
dejar, a fin de poder llegar a la luz para la que también nuestros ojos nacieron. Felices
Reyes. Dichosa luz.
Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo
Corrada del Obispo 1. 33003 Oviedo