Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Lunes después de Epifanía,
o Día 7 de Enero
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Examinad si los espíritus vienen de Dios * Te daré en
herencia las naciones. * Está cerca el reino de los cielos
Textos para este día:
1 Juan 3,22_4,6:
Queridos hermanos: Cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus
mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que
creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal
como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios
en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.
Queridos: no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de
Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo. Podréis conocer en esto el
espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo venido en carne es de Dios;
y todo espíritu que no confiesa a Jesús no es de Dios: es del Anticristo. El cual
habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo. Vosotros, hijos míos,
sois de Dios y lo habéis vencido. Pues el que está en vosotros es más que el que
está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan según el mundo y el mundo
los escucha. Nosotros somos de Dios. Quien conoce a Dios nos escucha, quien no
es de Dios no nos escucha. En esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu
del error.
Salmo 2 :
Voy a proclamar el decreto del Señor; / el me ha dicho: / "Tú eres mi Hijo: yo te he
engendrado hoy. / Pídemelo: te daré en herencia las naciones, / en posesión, los
confines de la tierra." R.
Y ahora, reyes, sed sensatos; / escarmentad, los que regís la tierra: / servid al
Señor con temor, / rendidle homenaje temblando. R.
 
Mateo 4,12-17.23-25:
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a
Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio
de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: "País de
Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los
gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que
habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló."
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: "Convertíos, porque está cerca el
reino de los cielos." Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y
proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del
pueblo. Su fama se extendió por toda Siria y le traían todos los enfermos aquejados
de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y
él los curaba. Y le seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén,
Judea y Trasjordania.
Homilía
Temas de las lecturas: Examinad si los espíritus vienen de Dios * Te daré en
herencia las naciones. * Está cerca el reino de los cielos
1. Discernimiento cristiano
1.1 Juan nos exhorta al discernimiento. Es una monición extraordinariamente
actual, por doble motivo: porque siempre necesitamos estar despiertos para no
dejarnos confundir, y porque el tipo de engaños que él denuncia están hoy muy
vivos, especialmente a través de esa difusa religiosidad que se denomina "Nueva
Era".
1.2 Los anticristos, los grandes enemigos que denuncia Juan, son en realidad
enemigos de la carne de Cristo. Hablarán de él como de un maestro (uno entre
muchos); dirán que es puro, bello, majestuoso, luminoso, pero callarán el misterio
que da su sentido más hondo a todos esos elogios: él es de nuestra naturaleza; su
carne es nuestra carne; ha cargado sobre sí nuestros delitos; nos conoce por
dentro; ha vencido desde dentro al enemigo que nos acechaba y ahora nos ofrece
no sólo su ejemplo sino su preciosa gracia, sin la cual es imposible vencer.
1.3 Es sumamente valiosa por esto la síntesis que nos ofrece este capítulo tercero
de la primera carta de Juan: "éste es su mandamiento: que creamos en la persona
de Jesucristo, su Hijo, y nos amemos los unos a los otros" (1 Jn 3,23). Esta es la
vida cristiana: creer y amar.
1.4 ¿En dónde se encuentran el creer y el amar? En la carne de Jesucristo. Creemos
que su misterio no es una fábula, porque sucedió en una carne y en una historia
como nuestra carne y como nuestra historia. Amamos, porque nuestra existencia
en una carne como la suya sólo puede ser espejo de la vida nueva que hemos
recibido y que proviene de él, de su carne misma.
2. El ministerio del Bautista y el ministerio de Jesús
2.1 El texto del evangelio de hoy nos permite articular el ministerio de Juan
Bautista y el de Jesús. Entre estos dos ministerios no hay solamente una secuencia
de tiempo; hay algo mucho más profundo, y con la ayuda del Señor deseamos
descubrirlo cuanto Dios nos lo conceda.
2.2 Jesús inicia su predicación después del arresto de Juan. No es sólo un orden
temporal de hechos; estamos ante una lectura de los signos de los tiempos
realizada por Jesús, después de superar las tentaciones del desierto, luego de haber
sido bautizado por el mismo Juan.
2.3 Jesús deja Nazaret, y con ella, a María, su Madre. Desde este momento su
morada será cada vez más incierta hasta el día en que tenga que decir que no tiene
dónde reclinar su cabeza (Mt 8,20). Por ahora, su primera escala es la ciudad
costera de Cafarnaúm, en donde habrá de realizar un magnífico ministerio pero con
frutos escasos para sus ojos ávidos de más amor y obediencia a Dios Padre (cf. Mt
11,23). Después dejará Galilea del todo para emprender la peregrinación final hacia
Jerusalén (Lc 9,51). Y por último lo dejará todo para subir a la Cruz.
2.4 Jesús deja su casa materna. El Génesis enseñaba: "el hombre dejará a su padre
y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne". Cuando Jesús deja su
casa en Nazaret, parte para sus bodas. Sale a buscar a su Novia, a sanar a su
Esposa, embellecer a su Preferida. Sale Jesús, como verdadero Novio (cf. Mt 9,15;
25,1), según dijo el mismo Bautista (Jn 3,29), y va tras aquella Iglesia, su Amada,
con quien un día celebrará bodas (Ap 19,7). ¡Dichosos los invitados a ese banquete,
preparado con tantas renuncias y tantísimo amor, cuyo preludio es la Santísima
Eucaristía!
Fr. Nelson Medina, O.P.