Comentario al evangelio del Viernes 18 de Enero del 2013
A partir de hoy, Marcos va a contarnos cinco episodios de controversia de Jesús con los fariseos. Es
posible que no sucedieran seguidos. El evangelista los agrupa con una intención catequética y
educativa. El relato evangélico de hoy es preciso y sugerente al cien por cien. Me detengo en unos
cuantos detalles que inviten a contemplar más a fondo la escena con los oídos atentos a las llamadas
que se nos hacen.
Acercarse a Jesús presenta con frecuencia obstáculos . El primero, tal vez el peor, es la
parálisis. Llámala como quieras: Desgana, apatía, indiferencia, menosprecio, tedio,… Después
vienen otros: Las personas que “estorban” e impiden acercarse a Jesús (también las sigue
habiendo en la biografía de cada uno de nosotros); o las circunstancias adversas que te lo ponen
difícil y costoso (el ambiente, los agobios, el embotamiento…); o el no encontrar quién pueda
ayudarte a caminar porque solo no se puede… Acercarse al Señor es, pues, una tarea ardua, que
exige coraje.
Colocar a otro junto a Jesús es cosa de locos . Sorprende ese “quid” de irracionalidad y
desmesura de aquellas cuatro personas que trasladan al doliente delante de Jesús, abriendo un
hueco por el techo de la casa. Aquellas cuatro personas anónimas, creativas e intrépidas,
arrinconadas aparentemente en el relato… son las artífices de que, por primera vez, Jesús aparezca
no solamente sanando, sino sobre todo perdonando. Ellos ejecutan el oficio de apóstoles con
altísima nota, por su osadía. Para ser apóstoles hay que estar un poco locos.
Jesús perdona el pecado . Con ese gesto desvela quién es realmente. Porque sólo Dios es quien
puede perdonar. En eso tenían razón aquellos letrados escandalizados. Es el Hijo del hombre con
potestad en la tierra para perdonar los pecados. El perdón de los pecados no es un hecho
constatable empíricamente. Es más fácil decir "tus pecados te son perdonados", porque eso no se
puede comprobar, que decir "levántate y anda". Pero ambas palabras sólo pueden ser
pronunciadas con verdad y con autoridad por Dios.
Además de estas tres interesantes pinceladas hay otras más… Basta con detenerse a leer de nuevo el
evangelio con atención, con mucha atención…
Juan Carlos cmf
Juan Carlos Martos