“Síganme, ….Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron”
Mc 1, 14-20
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
ELLOS DEJARON INMEDIATAMENTE LAS REDES Y LE SIGUIERON.
Estos versículos muestran de manera concreta lo que significa la llamada de Jesús:
«Creed en el Evangelio» (v 15). Muestran la actitud nueva y radical del cristiano.
Las dos escenas de vocación están estructuradas del mismo modo. Señalemos el
dinamismo de la llamada: el Jesús que llama está siempre en movimiento. Se trata,
en efecto, de la llamada a un nuevo éxodo, hacia el camino inaudito y nuevo del
Evangelio: «Venid detrás de mí» (v. 17). «Ellos dejaron inmediatamente las redes y
le siguieron.» Todo este dinamismo se desprende de la mirada y de la llamada de
Jesús. No se trata de una iniciativa que parte del hombre, no se trata de un camino
del hombre, sino del camino de Dios entre los hombres. La confianza y la entrega a
la persona de Jesús hacen posible el seguimiento. Está claro que ir con Jesús es
una perspectiva que reclama las opciones indicadas aquí de modo vago con el
verbo «dejar»: se trata de un dejar con la mirada puesta en una realización; de un
dejar que no empobrece. ¿Es posible dejar? Sí, porque él nos precede con una
mirada penetrante que realiza y devana una identidad: es la mirada con la que
Jesús nos invita, creando una relación personal con cada uno. El Jesús que pasa y
ve, dice una palabra en este momento presente, pero es una palabra cargada con
una promesa futura, que se convierte en la estructura de todo abandono y de todo
seguimiento. Jesús va al encuentro del hombre en su vida cotidiana para cambiar
su destino. Jesús proyecta, mediante su ver y su fijarse, una especie de energía. Se
trata de una mirada que elige, que transmite una fuerza, que revela una identidad
y la hace posible. Jesús no ve a pescadores, sino a personas que tienen un nombre
y desarrollan una profesión; una mirada que los hace despegar de las arenas
movedizas en las que habían caído.
ORACION
Te invoco, Señor de mi vida; a ti dirijo mis deseos y mis palabras. Haz que yo
escuche tu voz. Ella me llama, desde el mar en que nos debatimos para no
ahogarnos, a ti, orilla por la que suspiramos. Que tu Palabra nos encuentre
dispuestos -a dejar y cortar las redes de las que tú nos liberas, redes que nos
mantienen atados a lo que está destinado a morir.
Haz que nuestra mirada pueda reconocerte en los acontecimientos cotidianos, que
nuestro corazón vuelva a pensar en ti y que encuentren paz los pensamientos. Que
nuestro afecto permanezca estrechamente ligado a ti y florezcan la amistad y la
fraternidad en nuestra tierra. Que la justicia, la paz y la alegría vuelvan a reinar
entre los hombres.
CONTEMPLACION
No quieras buscar ninguna cosa fuera del Señor; busca al Señor y él te escuchará;
y mientras todavía estés hablando, te dirá: «Estoy aquí». ¿Qué significa «Estoy
aquí»? Estoy presente. ¿Qué quieres, qué esperas de mí? Todo lo que puedo darte
es nada en comparación conmigo. Tómame a mí mismo, goza de mí, acércate a mí.
Aún no puedes hacerlo del todo, pero tócame con la fe y quedarás
inseparablemente unido a mí, y yo te libraré de todos tus fardos, para que puedas
adherirte a mí por completo (Agustín de Hipona, Exposición sobre el salmo 33,
9ss).