EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Marcos 2,13-17.
Jesús salió nuevamente a la orilla del mar; toda la gente acudía allí, y él les
enseñaba.
Al pasar vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y
le dijo: "Sígueme". El se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba comiendo en su casa, muchos publicanos y pecadores se
sentaron a comer con él y sus discípulos; porque eran muchos los que lo seguían.
Los escribas del grupo de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos,
decían a los discípulos: "¿Por qué come con publicanos y pecadores?".
Jesús, que había oído, les dijo: "No son los sanos los que tienen necesidad del
médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los
pecadores".
Comentario del Evangelio por :
San Pedro Crisólogo (c 406-450), arzobispo de Ravenna, doctor de la
Iglesia
Sermón 30 : PL 52, 285-286
"¡Come con los publicanos y los pecadores!"
¿Por qué vuestro maestro come con publicanos y pecadores? Dios es acusado de
abajarse hacia el hombre, de sentarse cerca del pecador, de tener hambre de su
conversión y sed de su retorno, de preferir el alimento de la misericordia y la copa
de la benevolencia. Pero Cristo, hermanos míos, vino a esta comida; la Vida ha
venido para estar entre los invitados a fin de que, condenados a muerte, vivan la
Vida; la Resurrección se ha acostado para que los que yacen se levanten de sus
tumbas; la Bondad se ha abajado para levantar a los pecadores hasta el perdón;
Dios ha venido hasta el hombre para que el hombre llegue hasta Dios; el juez ha
venido a la comida de los culpables para sustraer a la humanidad de la sentencia de
condenación; el médico ha venido a los enfermos para restablecerlos comiendo con
ellos; el Buen Pastor ha inclinado la espalda para devolver la oveja perdida al
establo de la salvación(Lc 15, 3s).
“¿Porqué nuestro maestro come con publicanos y pecadores?” Pero, ¿quién es
pecador sino el que rechaza verse como tal? Dejar de reconocerse pecador ¿no es
hundirse más en su propio pecado y, para decir verdad, identificarse con él? Y
¿quién es el injusto sino aquel que se cree justo?... Vamos, fariseo, confiesa tu
pecado y podrás venir a la mesa de Cristo; por ti Cristo se hará pan, ese pan que
se romperá para el perdón de tus pecados: Cristo será para ti la copa, esa copa que
será derramada para el perdón de tus faltas. Vamos, fariseo, comparte la comida
de los pecadores y Cristo compartirá tu comida; reconócete pecador y Cristo
comerá contigo; entra con los pecadores al festín de tu Señor y podrás no ser ya
más pecador; entra con el perdón de Cristo en la casa de la misericordia.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”