Ciclo C: II Domingo del Tiempo Ordinario
Julio César Villalobos, C.M.
Dios nos prefiere, porque se ha casado con nosotros
Una vez un teólogo laico daba una conferencia sobre la Iglesia, y él empezó
rompiendo los esquemas “tradicionales” de c￳mo dar una charla, y empez￳ a hacer
una encuesta en todo ese auditorio donde se encontraban: obispos, sacerdotes,
religiosos-as, laicos. La encuesta era sólo de una pregunta: ¿con quién te has
casado? El laico soltero contest￳: “con mi soltería y con mi profesi￳n”. La religiosa:
“con Jesús que es mi primer amor”. El esposo: “con mi esposa”.
Hubo un silencio, ya que el conferencista le preguntó a uno de los obispos que
estaba allí y después de ese silencio prolongado contest￳: “estoy CASADO CON
TODOS USTEDES”. El conferencista sell￳ con su firma diciendo: “esa es la respuesta
que quería escuchar”, “gracias Monse￱or”.
Isaías pone una especie de “declaraci￳n de amor” que Dios hace para con su
pueblo: “…a ti te llamarán mi favorita…porque el Se￱or te prefiere a ti. Como un
joven se casa con su novia, así se casará contigo el que te construy￳” (Is.62,1-5).
Ya terminados, litúrgicamente hablando, el tiempo de navidad con la fiesta del
Bautismo del Señor la semana pasada. Y empezamos el tiempo ordinario con una
declaración que Dios hace como un eterno enamorado de su pueblo. Entre las
parejas de hoy se habla o se hablaba: “dame la prueba de amor”, “dame la prueba
de que me quieres”. La mayor prueba de amor de amor según Isaías es LA
FIDELIDAD DE DIOS MISMO CON SU PUEBLO: “la alegría que encuentra el marido
con su esposa, la encontrará tu Dios contigo”.
Qué grande es Dios, que una vez más ratifica su amor con todos nosotros!!!
La fidelidad, según Juan en su evangelio, hoy está expresado en la frase que pone
en labios de María Santísima: “Hagan lo que Él les diga” (Jn.2,1-11). Esta se
pronunció a propósito de que el vino faltó en la boda en Caná de Galilea. Para
cumplir con el deseo de Jesús de ser fieles, él da a conocer un mandato: “llenen las
tinajas de agua”. Para los casados, para los solteros, para nosotros los ministros,
para cualquier persona que se confiesa seguidor-a de Jesús va la pregunta: ¿me
lleno siempre de Jesús?, ¿siempre prefiero le prefiero a Él?
San Pablo, cuando habla de los dones, carismas y ministerios dentro de la Iglesia,
hace recordar que para ser fieles a Jesús no hay que olvidar que Dios es uno y que
obra mucho en cada uno en particular: “Hay diversidad de dones, pero un mismo
Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de
funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos” (1Cor.12,4-11).
Estamos llamados, por Dios que es siempre fiel, a ser fieles desde lo que somos y
tenemos, para que como dice el salmo de hoy, podamos cantar las maravillas del
Señor a todas las naciones (cf. Salmo 95).
Fuente: Somos.vicencianos.org (con permiso)