¡CUÁNTO SE DEBE AL CRISTIANISMO!
Padre Javier Leoz
El arte plasmado en la pinacoteca, antiguas o modernas catedrales, música o hasta
la misma cultura han sido el vehículo a través del cual, el mensaje del cristianismo,
ha ido calando y proyectándose en nuestro mundo. Pretender explicar la historia
una custodia del Santísimo (sin su objetivo primordial que es exponer el Amor);
una catedral (sin su fin de cátedra) o el lienzo sobre la Resurrección de Cristo (sin
la mano trascendente y divina del autor)… es entender y ense￱ar sesgadamente
una realidad: la fe se ha hecho historia y, la historia, no se puede explicar sin la fe
cristiana.
1.- Los relatos de la vida de Jesús nos han llegado a nuestros días como el mejor
testimonio y el gran legado de nuestros antepasados.
La Iglesia, durante siglos hasta el día de hoy, lo ha guardado como el gran depósito
de la fe por el cual, y no lo olvidemos, han dado la vida hombres y mujeres,
apóstoles y hermanos nuestros con la certeza y convencimiento de que Jesús era y
es la fuerza en el caminar y la recompensa en la eternidad.
¿Dónde está nuestra fe? ¿En dónde tenemos puesto el pensamiento? ¿Qué ocurre
en la sociedad donde vivimos que pone en solfa hasta el testimonio más vivo de los
que nos han precedido? ¿D￳nde los cristianos que, se conforman con decir “lo
importante es ser bueno” pero no se dejan seducir por la Palabra de Dios?
Como San Lucas, nosotros también, hemos de fiarnos de la evidencia que nos ha
llegado sobre un personaje que ha calado en el alma y en la conciencia de millones
de personas: Jesucristo.
2.- Jesús, y teniendo como telón de fondo la impresionante lectura de Isaías, tuvo
una gran habilidad: estuvo en línea directa con el cielo y no relegó el drama de
aquellos que le rodeaban: el interés horizontal (el hombre) y la dimensión vertical
(Dios) eran todo uno en El.
Su relación con Dios, personal y privilegiada, no le impedía su diálogo, interés o
cercanía con los hombres de su tiempo. ¡Supo vivir con Dios y se mojó de lleno con
los sufrimientos de las personas!
Ello, por lo tanto, nos debe de sacudir nuestro interior e interpelar: ¿Cómo llevamos
nuestra religión? ¿Nos sentimos ungidos y lanzados a anunciar la Buena Nueva o,
por el contrario, instalados en cómodas prácticas religiosas? 3.- ¿Nos tomamos en
serio aquello de “la hora de los laicos” o seguimos soñando y pensando en una
iglesia de funcionarios y excesivamente clerical? ¿Escuchamos con atención la
Palabra de Dios o, por deformación, la vemos como una parte más dentro de la
eucaristía? ¿Nos sirve de algo, en el comportamiento personal y social, durante el
resto de la semana?
4.- Que la Palabra del Señor, a la cual debiéramos siempre llegar con una
puntualidad británica, nos ayude a comprender y entender el momento que
estamos viviendo. A comprometernos mucho más con nuestra vida eclesial. A
valorar, cuidar y poner en práctica nuestras capacidades de cara a la unidad en
nuestra iglesia universal, diocesana o parroquial.
Mientras tanto ¡felicitémonos! El Domingo, sigue siendo para el creyente que ama y
quiere a Dios, un día consagrado a Él y en el que, escuchar su Palabra, es un
privilegio que ayuda a la construcción de ese único y solo cuerpo que tiene como
cabeza a Jesús.
Y, ¡por qué no! Pongamos, además, los ojos del rostro, del alma y del corazón en
Jesús. Hoy, se sigue cumpliendo lo que hemos escuchado: ¡Jesús es la revelación
del Padre! Que este Año de la Fe nos ayude a recuperar el orgullo de ser cristianos
y a dar gracias a Dios por todo lo bueno que el cristianismo ha sembrado en el
curso de la historia.
5.- LOS OJOS… PUESTOS EN TI
Los que esperan…tienen los ojos puestos en Ti
para que no les defraudes
Los que desesperan… tienen los ojos puestos en Ti
para que les des esperanza
Los tristes….tienen los ojos puestos en Ti,
para que les bendigas con la alegría
Los abatidos… tienen los ojos puestos en Ti,
para que les levantes
Los decepcionados… tienen los ojos puestos en Ti,
para que sean optimistas
Los pobres….tienen los ojos puestos en Ti,
para que se sientan ricos
Los orgullosos…que tengan los ojos puestos en Ti,
y devuélveles la humildad
Los vanidosos…que pongan los ojos en Ti,
y sientan que son poco o nada
Los confundidos…tienen los ojos puestos en Ti,
para que Tú les señales un camino
Los sordos…..tienen los ojos puestos en Ti,
para que tu Palabra los haga sensibles
Los despistados…tienen los ojos puestos en Ti,
para que encuentren certezas
Los sufridos…tienen los ojos puestos en Ti,
para que les ayudes en dar con la justicia
Los hambrientos…tienen los ojos puestos en Ti,
para que el mundo no olvide a los pobres
Los perseguidos….tienen los ojos puestos en Ti,
para que les sean libres
Los calumniados…tienen los ojos puestos en Ti,
para que sigan adelante en su verdad
Amén.
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