La división opaca el testimonio de Cristo.
2013-01-28
Evangelio
Del santo Evangelio según san Marcos 3, 22-30
En aquel tiempo, los escribas que habían venido de Jerusalén, decían acerca de
Jesús: “Este hombre está poseído por Satanás, príncipe de los demonios, y por eso
los echa fuera”. Jesús llamó entonces a los escribas y les dijo en parábolas: “¿Cómo
puede Satanás expulsar a Satanás? Porque si un reino está dividido en bandos
opuestos no puede subsistir. Una familia dividida tampoco puede subsistir. De la
misma manera, si Satanás se rebela contra sí mismo y se divide, no podrá
subsistir, pues ha llegado su fin. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte
y llevarse sus cosas, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa.
Yo les aseguro que a los hombres se les perdonarán todos sus pecados y todas sus
blasfemias. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo nunca tendrá perdón;
será reo de un pecado eterno”. Jesús dijo esto, porque lo acusaban de estar
poseído por un espíritu inmundo. Palabra del Señor.
Oración introductoria
Padre mío, fuente de todo bien, ilumina mi oración. Tú conoces mis limitaciones y
mis miserias y sabes cuánto me hace falta tu gracia para cumplir tu voluntad.
Concédeme tu ayuda para que sepa luchar contra el mal, sin temor y con la
confianza de la victoria del Bien.
Petición
Jesús, ayúdame a conocer, vivir y transmitir tu amor.
Meditación
La división opaca el testimonio de Cristo.
«Aun experimentando en nuestros días la situación dolorosa de la división, los
cristianos podemos y debemos mirar con esperanza al futuro, en cuanto que la
victoria de Cristo significa la superación de todo aquello que nos priva de compartir
la plenitud de vida con él y con los demás. La resurrección de Jesucristo confirma
que la bondad de Dios vence al mal, y que el amor supera la muerte. Él nos
acompaña en la lucha contra la fuerza destructora del pecado que hace daño a la
humanidad y a toda la creación de Dios. La presencia de Cristo resucitado nos llama
a todos los cristianos a actuar juntos en la causa del bien. Unidos en Cristo,
estamos llamados a compartir su misión, que consiste en llevar la esperanza allí
donde dominan la injusticia, el odio y la desesperación. Nuestras divisiones hacen
que nuestro testimonio de Cristo sea menos luminoso. La meta de la unidad plena,
que esperamos con una esperanza activa y por la cual rezamos con confianza, es
una victoria no secundaria, sino importante para el bien de la familia humana»
(Benedicto XVI, 25 de enero de 2012).
Reflexión apostólica
«Es consciente de que la acción más eficaz pasa a través de la formación cristiana y
de la proyección apostólica de los hombres y mujeres que ejercen mayor liderazgo
en el mundo religioso, cultural, intelectual, social, económico, humano, artístico,
etcétera. La misión del Movimiento no parte de una necesidad transitoria ni se
apoya en ideas de actualidad, sino en el apremio constante de la Iglesia por dar a
conocer el amor de Cristo a los hombres» (Manual del miembro del
Movimiento Regnum Christi , n. 26-27).
Propósito
Invocar continuamente al Espíritu Santo porque, como dijo santo Tomás: «La nueva
ley es la gracia del Espíritu Santo».
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, sé que eres más poderoso que el mal. Ayúdame a enfrentar el pecado
fortalecido por la fortaleza de tu amistad. En tu nombre, Señor, sigo con confianza
mi peregrinar por la vida, cultivando la bondad de corazón para ser propagador del
bien y así extender tu Reino.
«La formación del apóstol no se logra sólo mediante la “información”, sino sobre
todo mediante la misma acción apostólica»
( Cristo al centro, n. 131).