Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Ciclo C, Tiempo Ordinario,
Domingo de la Semana No. 4
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Te nombré profeta de los gentiles * Mi boca contará tu
salvación, Señor. * Quedan la fe, la esperanza, el amor; la más grande es el amor
* Jesús, como Elías y Eliseo, no es enviado sólo a los judíos
Textos para este día:
Jeremías 1, 4-5. 17-19:
En los días de Josías, recibí esta palabra del Señor: "Antes de formarte en el
vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré:
Te nombré profeta de los gentiles.
Tú cíñete los lomos, ponte en pie y diles lo que yo te mando.
No les tengas miedo, que si no, yo te meteré miedo de ellos.
Mira; yo te convierto hoy en plaza fuerte, en columna de hierro, en muralla de
bronce, frente a todo el país:
Frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y la gente del campo.
Lucharán contra ti, pero no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte."
Oráculo del Señor.
Salmo 70:
A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; tú que eres justo,
líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame. R.
Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar
eres tú, Dios mío, líbrame de la mano perversa. R.
Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías. R.,
 
Mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación. Dios mío, me instruiste desde
mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas. R.
1 Corintios 12, 31-13, 13:
Hermanos: Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino
excepcional.
Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor,
no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden.
Ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y todo el saber,
podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada.
Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no
tengo amor, de nada me sirve.
El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal
educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la
injusticia, sino que goza con la verdad.
Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites.
El amor no pasa nunca.
¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se
acabará.
Porque limitado es nuestro saber y limitada es nuestra profecía; pero, cuando
venga lo perfecto, lo limitado se acabará.
Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como
un niño. Cuando me hice un hombre acabé con las cosas de niño.
Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi
conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce.
En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es
el amor.
Lucas 4, 21-30:
En aquel tiempo, comenzó Jesús a decir en la sinagoga: "Hoy se cumple esta
Escritura que acabáis de oír."
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que
salían de sus labios.
Y decían: "¿No es éste el hijo de José?"
Y Jesús les dijo: "Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo";
haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún."
Y añadió: "Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo
que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el
cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo,
a ninguna de ellas fue enviado Elías, mas que a una viuda de Sarepta, en el
territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo;
sin embargo, ninguno de ellos fue curado, mas que Naamán, el sirio."
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron
fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con
intención de despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.
Homilía
Temas de las lecturas: Te nombré profeta de los gentiles * Mi boca contará tu
salvación, Señor. * Quedan la fe, la esperanza, el amor; la más grande es el amor
* Jesús, como Elías y Eliseo, no es enviado sólo a los judíos
1. La Paradoja de los Profetas
1.1 Es paradójico en la vida de los profetas que ellos anuncian un bien, la voluntad
de Dios, y son tratados como malhechores. Esto llega a convertirse en un sello
característico de la vida de ellos, hasta el punto que en algún pasaje Nuestro Señor
anuncia: "Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo
género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. Regocijaos y alegraos,
porque vuestra recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los
profetas que fueron antes que vosotros" (Mateo 5,11-12).
1.2 Por supuesto, esa dureza que enfrentan los profetas es una dura prueba que
implica soledad, burlas, y en los casos peores, persecución, tortura y muerte. Es
bueno recordar que al frente de toda esa lista de testigos insignes va precisamente
Jesucristo, a quien la iglesia saluda como Rey de los Mártires, y que en su
ministerio es sin duda primero entre todos los Profetas de Dios.
2. Dura Oposición para un Muchacho
2.1 Jeremías trata de rehuir su vocación. Dios le llama y él se siente pequeño, se
achica ante un encargo que sabe difícil y que presiente que habrá de adueñarse de
toda su vida y de todo en su vida. Su disculpa es sencilla: "¡Soy un muchacho!"
Pienso que es la misma reacción que muchos jóvenes tendrían hoy, considerándose
muy pequeños para servir en las filas del dios altísimo. lo curioso es que ya no
sienten tan "pequeños" cuando se trata de aprender a fumar, emborracharse o
disfrutar del sexo.
2.2 Dios no le recibió la disculpa a Jeremías (y probablemente tampoco se la
recibiría a nuestros jóvenes hoy). Más bien, lo empujó a seguir su camino con
fidelidad. Mas lo interesante es la manera de crear esa fidelidad. La base de la
fidelidad es creer. Dios lo invita a creer en Aquel que lo envía, porque si Jeremías le
cree a Dios será capaz de apostar hasta la propia vida por Dios.
3. ¿Todavía Alguien le Cree a la Opinión Pública?
3.1 Una de las torturas de los profetas es la variabilidad de la opinión de la gente.
Ya Luis de Granada decía que la opinión pública era como un monstruo de muchas
cabezas o en todo caso monstruo. Y así es: la lectura del evangelio de hoy es, aun
cuando no lo parece la estricta continuación de la lectura de la semana pasada, allí
donde Jesús usa las palabras de Isaías para definir su misión en términos de liberar
a los cautivos y sanar a los ciegos. Pues bien, hoy leemos cómo la gente le muestra
primero admiración, luego extrañeza y luego aborrecimiento. Los mismos que le
aplauden luego le insultan: así será la vida de Cristo, hasta el final: admirado y
buscado, olvidado y desechado.
3.2 La gente trata así a los enviados de Dios porque trata así a Dios. Admiramos y
buscamos a Dios, buscando en Él más bien sus favores; luego lo olvidamos y
desechamos, apartándonos de sus mandatos. Queremos a un dios-marioneta, que
haga lo que queremos y no pida nada. Un dios que esté a nuestro servicio y que
sólo nos hable para decirnos: "Como tú digas." El Dios verdadero no es así. Para
darnos bienes de su tamaño muchas veces tiene que negar los de nuestro tamaño.
Fr. Nelson Medina, O.P.