V D OMINGO DEL T IEMPO O RDINARIO
(Is 6, 1-2a. 3-8; Sal137; 1 Co 15, 1-11; Lc 5, 1-11)
L ECTURA
-«Mira; esto ha tocado tus labios,
ha desaparecido tu culpa, está
perdonado tu pecado.»
Entonces, escuché la voz del
Señor, que decía: -«¿A quién
mandaré? ¿Quién irá por mí?»
Contesté: -«Aquí estoy,
mándame.» (Isaías)
… y llenaron las dos barcas, que
casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús
diciendo: -«Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.»
-«No temas; desde ahora serás pescador de hombres.» (Lucas)
C OMENTARIO
Tanto el profeta como el discípulo toman conciencia de su debilidad y hasta de su
pecado; ambas se les presentan como obstáculo para acercarse al Señor o para aceptar la
misión a la que los llama.
En ambos casos, se demuestra que para Dios no es óbice la debilidad humana, si
Él pone sus ojos en una persona y la llama. Por el contrario, hacer resistencia con el
argumento de la propia incapacidad, es más bien una excusa de la naturaleza.
Desde la fe y con conciencia humilde, lo que pertenece cuando Dios llama es
responder como hace el profeta: “Aquí estoy, mándame”. No hay realidad que sea más
que Dios. Lo importante para no errar en un espejismo subjetivo, es discernir si es Él
quien manifiesta su voluntad.
Como mejor argumento que avala nuestra consideración, se nos ofrece, además, la
narración de la vida de San Pablo: “Después, a todos los apóstoles; por último, se me
apareció también a mí. Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de
llamarme apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios
soy lo que soy, y su gracia no se ha frustrado en mí”.
Me impresiona una de las frases que se pueden leer en los discursos del Papa
Benedicto en su viaje a Alemania en 2011. “A Cristo no le importan tus caídas, le
importan tus levantadas”.
P UNTOS DE REFLEXIÓN
¿Estás reconciliado? ¿Das fe a la Palabra que resuena en tu interior como llamada,
y la obedeces? ¿Confías en el perdón de Dios, en su gracia? ¿O te aferras a tus pecados
para huir del seguimiento evangélico?