Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 5, Lunes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Dijo Dios, y así fue * Goce el Señor con sus obras. * Los
que lo tocaban se ponían sanos
Textos para este día:
Génesis 1,1-19:
Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era un caos informe; sobre la faz
del abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: "Que exista la luz." Y la luz existió. Y vio Dios que la luz era buena. Y
separó Dios la luz de la tiniebla; llamó Dios a la luz "Día"; a la tiniebla, "Noche".
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero. Y dijo Dios: "Que exista una
bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas." E hizo Dios una bóveda y
separó las aguas de debajo de la bóveda de las aguas de encima de la bóveda. Y
así fue. Y llamó Dios a la bóveda "Cielo". Pasó una tarde, pasó una mañana: el día
segundo. Y dijo Dios: "Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo sitio,
y que aparezcan los continentes." Y así fue. Y llamó Dios a los continentes "Tierra",
y a la masa de las aguas la llamó "Mar". Y vio Dios que era bueno. Y dijo Dios:
"Verdee la tierra hierba verde que engendre semilla, y árboles frutales que den
fruto según su especie y que lleven semilla sobre la tierra." Y así fue. La tierra brotó
hierba verde que engendraba semilla según su especie, y árboles que daban fruto y
llevaban semilla según su especie. Y vio Dios que era bueno. Pasó una tarde, pasó
una mañana: el día tercero.
Y dijo Dios: "Que existan lumbreras en la bóveda del cielo, para separar el día de la
noche, para señalar las fiestas, los días y los años; y sirvan de lumbreras en la
bóveda del cielo, para dar luz sobre la tierra." Y así fue. E hizo Dios dos lumbreras
grandes: la lumbrera mayor para regir el día, la lumbrera menor para regir la
noche, y las estrellas. Y las puso Dios en la bóveda del cielo, para dar luz sobre la
tierra; para regir el día y la noche, para separar la luz de la tiniebla. Y vio Dios que
era bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto.
 
Salmo 103 :
Bendice, alma mía, al Señor, / ¡Dios mío, qué grande eres! / Te vistes de belleza y
majestad, / la luz te envuelve como un manto. R.
Asentaste la tierra sobre sus cimientos, / y no vacilará jamás; / la cubriste con el
manto del océano, / y las aguas se posaron sobre las montañas. R.
De los manantiales sacas los ríos, / para que fluyan entre los montes; / junto a
ellos habitan las aves del cielo, / y entre las frondas se oye su canto. R.
Cuántas son tus obras, Señor, / y todas las hiciste con sabiduría; / la tierra está
llena de tus criaturas. / ¡Bendice, alma mía, al Señor! R.
Marcos 6, 53-56:
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos, terminada la travesía, tocaron tierra en
Genesaret, y atracaron. Apenas desembarcados, algunos lo reconocieron, y se
pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba
Jesús, le llevaban los enfermos en camillas. En la aldea o pueblo o caserío donde
llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al
menos el borde de su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos.
Homilía
Temas de las lecturas: Dijo Dios, y así fue * Goce el Señor con sus obras. * Los
que lo tocaban se ponían sanos
1. En el principio...
1.1 Al principio, Dios. Al principio, un acto de Dios. No hay nadie con él. Mas, sin él,
todo resulta impensable y anónimo, y por ello el autor del Génesis utiliza términos
negativos para describir lo que no podía estar cuando nada estaba. La mente cae
en un abismo y no puede formar palabras, y por eso dice: "soledad, caos,
tinieblas...". No hay nadie. Sólo Dios. Sólo su libertad. Sólo su sabiduría. Sólo su
amor. Y un mundo que no existe ni tiene nombre, a punto de salir de sus manos.
1.2 "Creó Dios el cielo..." dice Gén 1,1. Pero luego se narra la historia del
firmamento. Algunos autores ven en esa brevísima frase una alusión a la creación
del mundo que no vemos, pues todo lo que se cuenta después versa sobre el
mundo que vemos. Según esta bella interpretación ese "Dios creó el cielo" es el
momento de los ángeles.
1.3 Lo primero que proclama la Biblia es la perfecta, absoluta y permanente
soberanía de Dios sobre todo y sobre todos. La Biblia predica en primer término que
Dios es Señor. Único Señor. La expresión de su voluntad es la realización de su
voluntad, porque él dice y se hace.
2. Vio Dios que era bueno
2.1 La creación, en este relato, lleva una secuencia. Alguien ha dicho que parece
una "procesión", pues en ella aparecen por su orden, dando alabanza con su
existencia, todos los seres, hasta llegar al hombre. Bella imagen del mundo, tan
diversa de la náusea del ateísmo sartriano, de la férrea tiranía del comunismo
igualante, o de la rapacidad del capitalismo salvaje.
2.2 En su creación Dios ha plasmado de su propia bondad. No son nuestros deseos
ni nuestros negocios los que hacen bueno al mundo. Lo recibe de su Hacedor. Las
cosas con su sólo existir irradian ese bien. Por eso el intento fundamental del
demonio en su guerra contra Dios es enamorarnos de la nada. Hacer prevalecer la
apariencia, imponer la fuerza de lo efímero, confundir todo para desvalorizarlo todo,
erigirse como emperador de un imperio... vacío, tales serán sus estrategias hasta el
fin de los siglos.
2.3 Mas Dios vio que todo era bueno. Y esa mirada divina necesitamos recuperarla
porque en ella está nuestra única posibilidad de ser puros, felices, serenos y
generosos.
3. Fuerza de sanación
3.1 Jesús trae de nuevo al mundo la mirada de Dios. De nuevo, a través de los ojos
de Jesús, podemos experimentar que "todo es bueno", que hay una posibilidad de
bien incluso en las cavernas y oquedades de nuestros males y dolores.
3.2 Jesús convoca a los afectados por el mal. Tiene un poderoso atractivo para los
que están mal. Dura cosa para él y para los que quieran estar con él. Bella y buena
cosa para los que quieran encontrarlo.
3.3 ¿Imaginas qué decían aquellos hombres que le reconocieron y que traían a los
enfermos? Sería algo como: "¡Apresúrate, apresúrate! ¡Vamos a llevar a papá
donde ese profeta! No importa el camino, le llevamos entre varios. ¡Vamos, a
prisa!". Y uno piensa: Gracias, Jesús. Por traer una luz a ese pobre paralítico; por
darle lágrimas de gozo al que sólo conocía llanto de amargura; por llenar de cantos
las alcobas que estuvieron repletas de lamentos... ¡Gracias, Señor Jesucristo!
Fr. Nelson Medina, O.P.