IV Domingo de Adviento, Ciclo C
Padre Dr. Juan Pablo Esquivel
+ El Evangelio de hoy es una parte del llamado “Evangelio de la infancia”,
es decir, narra acontecimientos en torno al nacimiento y a los primeros años de
Jesús.
Aparentemente, se trata de hechos muy sencillos, pintorescos y edificantes.
Pero también de una riqueza insospechada cuando se leen en toda su profundidad.
+ La visita de María a Isabel parece una cosa lógica en vistas de la situación
de la anciana prima... Pero el autor del Evangelio le dedica mucha importancia; y
ese espacio podría haber sido utilizado para narrar otros hechos de los que no
tenemos noticia, como p. ej.: los 30 años de vida escondida; la muerte de San
José; etc.
Por lo tanto, este hecho nos es narrado no sólo para mostrarnos la
exquisita caridad de María con su prima (cosa totalmente supuesta). Aquí,
el evangelista ha hecho su narración utilizando muchas expresiones que se
encuentran en otra parte de la Biblia ... Más concretamente, en el A.T. se nos
cuenta que cuenta que cuando el Rey David llegó a reinar en Jerusalén, hizo llevar
allí el Arca de la Alianza (valioso cofre de madera y metales preciosos, en el que se
guardaban las dos tablas de piedra con los mandamientos, que resumía el pacto, la
alianza que Dios había hecho con Israel en el monte Sinaí por medio de Moisés).
n El relato del traslado del arca de la alianza, y el traslado de María a la
casa de Isabel para visitarla, presentan demasiadas coincidencias : se habla (en
ambos casos) de ir a una zona montañosa ; David y todo el pueblo bailan y dan
saltos de alegría delante del arca (como Juan Bautista ante el saludo de María);
David se pregunta: “ Quien soy yo para que el arca de mi Se￱or venga a mi casa”,
(como Isabel); el arca se detiene en un cierto lugar por tres meses , y esto fue
causa de bendición para los habitantes de aquel lugar (como María con Isabel).
n San Lucas, en vez de decirnos: “María es el arca de la Nueva Alianza” ,
nos lo está mostrando : ella es el valiosísimo “cofre” dentro de la cual se
encuentra ya, desde el momento de la Anunciación, el Cuerpo y la Sangre del que
es “la Alianza Nueva y Eterna…” entre Dios y los hombres . ¡ Ésta es María ! Es la
primera evangelizadora...
+ Se nos dice expresamente al llegar a casa de Isabel, María la saludó
(¡vaya noticia!). Pero ese saludo provocó hechos maravillosos : el niño que
Isabel llevaba en su seno (Juan Bautista) dio saltos de alegría (como David), e
Isabel quedó llena del Espíritu Santo y prorrumpió en palabras de bendición y
bienaventuranza.
 
El saludo de Maria es poderoso : comunica la alegría y hace descender al
Espíritu (diferente de los nuestros, que solo “deseamos los buenos días” ). María en
cambio, produce lo que dice , y no s￳lo los “buenos días”: todos los dones de la
bendición de Cristo aparecen aquí anticipados: la alegría, el E.S., las
bendiciones, las bienaventuranzas.
Recordemos que el ángel saludó a María diciéndole: “Alégrate”. Esa alegría
de la salvación ha sido presentida por Juan y por Isabel. Así, la presencia de María
asegura de modo definitivo la alegría del pueblo de Dios . María es la
entronización de la alegría en la Iglesia.
“Bendita tu eres”, le repite la Iglesia permanentemente. Bendecimos a
María, y ella nos bendice a nosotros, con el fruto bendito de su seno… María ya
comunica la Buena Noticia (= Evangelio) de Jesús; es la primera evangelizadora
que viene a traer a los hombres los bienes que Cristo nos alcanza con su muerte y
Resurrección. Y lo hace en su pequeñez, sencillez, humildad... Ella es el modelo de
todo evangelizador, de todo misionero, de todo discípulo (y todos debemos
ser esto), es el modelo de todos, de la nueva humanidad.
+ En las Letanías de María, la aclamamos como “Arca de la Alianza”. Todo
lo que era para Israel el arca ( identidad religiosa y nacional ; vínculo de unión;
triunfo en los combates ), todo eso y mucho más es para nosotros María, esa
mujer de la que el Hijo de Dios tomó su Carne y su Sangre para entregarla por
nosotros en la cruz, estableciendo el pacto definitivo entre Dios y los hombres
(“Sangre de la Alianza Nueva y Eterna…”)
+ La Navidad trae siempre muchos deseos, sueños y expectativas: amor,
alegría, paz... Y a todos los niveles: familiar, nacional, mundial... Hoy, con todas
estas expectativas (y las que cada uno tiene en el propio corazón) queremos
estrecharnos en torno a María , que con amor inmenso esperó a su Hijo,
porque al darnos ella a su recién nacido, nos da con Él y en Él todos los bienes
posibles.
+ María pudo ser la primer discípula y evangelizadora porque tuvo en su
corazón y en su seno a Jesús . Nosotros queremos hoy pedirle que en la Navidad
ella ponga a Jesús en nuestros corazones para que, como Ella, porque estamos
llenos de Dios, podamos ser nuevos evangelizadores.
Y que, como Ella, no sólo hablemos de paz, reconciliación, amor y alegría,
sino que seamos verdaderos portadores de estos bienes y los comuniquemos
en todos los lugares donde estemos.
Amén.