EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Lucas 5,1-11.
En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la
Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret.
Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y
estaban limpiando las redes.
Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un
poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca.
Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: "Navega mar adentro, y echen las redes".
Simón le respondió: "Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado
nada, pero si tú lo dices, echaré las redes".
Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de
romperse.
Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a
ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: "Aléjate de mí,
Señor, porque soy un pecador".
El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de
peces que habían recogido;
y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de
Simón. Pero Jesús dijo a Simón: "No temas, de ahora en adelante serás pescador
de hombres".
Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.
Comentario del Evangelio por:
Beato John Henry Newman (1801-1890), teólogo, fundador del Oratorio en
Inglaterra
Sermón: “La providencia de Dios en el pensamiento y en la vida” PPS vol.
3, n°9
“Te llama por tu nombre”
Dios te mira, quien quiera que fueras. Dios te llama por tu nombre. Te ve y te
comprende, él que te hizo. Todo lo que hay en ti le es conocido; todos tus
sentimientos y tus pensamientos, tus inclinaciones, tus gustos, tu fuerza y tu
debilidad. Te ve en los días de alegría y en los tiempos de pena. Se interesa por
todas tus angustias y tus recuerdos, todos tus ímpetus y los desánimos de tu
espíritu. Dios te abraza y te sostiene; te levanta o te deja descansar en el suelo.
Contempla tu rostro cuando lloras y cuando ríes, en la salud y en la enfermedad.
Mira tus manos y tus pies, escucha tu voz, el latido de tu corazón y hasta tu
aliento...
Eres un ser humano rescatado y santificado, su hijo adoptivo; te hizo el don de
una parte de la gloria y la bendición que emanan eternamente del Padre sobre el
Hijo único. Has sido escogido para ser suyo... ¿Qué es el hombre, que somos, que
soy, para que el Hijo de Dios tuviera por mí una preocupación tan grande? ¿Quién
soy para que me... ascendiera a la naturaleza de un ángel, transformando la
sustancia original de mi alma, me hubiera rehecho - yo que soy un pecador desde
mi juventud - y para que hiciera de mi corazón su morada, de mí su templo?
(Referencias bíblicas: Jn 10,3; Mt 10,30; Sal. 8,5; cf Gn 8,21, Sal. 50,7; 1Co 3,16)
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”