Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 5, Martes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza *
Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra! * Dejáis a un
lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres
Textos para este día:
Génesis 1,20-2,4a:
Y dijo Dios: "Pululen las aguas un pulular de vivientes, y pájaros vuelen sobre la
tierra frente a la bóveda del cielo." Y creó Dios los cetáceos y los vivientes que se
deslizan y que el agua hizo pulular según sus especies, y las aves aladas según sus
especies. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo: "Creced,
multiplicaos, llenad las aguas del mar; que las aves se multipliquen en la tierra."
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto. Y dijo Dios: "Produzca la tierra
vivientes según sus especies: animales domésticos, reptiles y fieras según sus
especies." Y así fue. E hizo Dios las fieras según sus especies, los animales
domésticos según sus especies y los reptiles según sus especies. Y vio Dios que era
bueno. Y dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que
domine los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles
de la tierra." Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre
y mujer los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: "Creced, multiplicaos, llenad la tierra
y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se
mueven sobre la tierra." Y dijo Dios: "Mirad, os entrego todas las hierbas que
engendran semilla sobre la faz de la tierra; y todos los árboles frutales que
engendran semilla os servirán de alimento; y a todas las fieras de la tierra, a todas
las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todo ser que respira, la hierba
verde les servirá de alimento." Y así fue. Y vio Dios todo lo que habla hecho; y era
muy bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto. Y quedaron concluidos
el cielo, la tierra y sus ejércitos. Y concluyó Dios para el día séptimo todo el trabajo
que habla hecho; y descansó el día séptimo de todo el trabajo que había hecho. Y
bendijo Dios el día séptimo y lo consagró, porque en él descansó de todo el trabajo
 
que Dios habla hecho cuando creó. Ésta es la historia de la creación del cielo y de la
tierra.
Salmo 8 :
Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, / la luna y las estrellas que has
creado, / ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, / el ser humano, para
darle poder? R.
Lo hiciste poco inferior a los ángeles, / lo coronaste de gloria y dignidad, / le diste
el mando sobre las obras de tus manos, / todo lo sometiste bajo sus pies. R.
Rebaños de ovejas y toros, / y hasta las bestias del campo, / las aves del cielo, los
peces del mar, / que trazan sendas por el mar. R
Marcos 7,1-13:
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de
Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con las manos impuras, es decir,
sin lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse
antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al
volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas
tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.)
Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: "¿Por qué comen tus
discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?" Él les
contestó: "Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: "Este
pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me
dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos." Dejáis a
un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres."
Y añadió: "Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición. Moisés
dijo: "Honra a tu padre y a tu madre" y "el que maldiga a su padre o a su madre
tiene pena de muerte"; en cambio, vosotros decís: Si uno le dice a su padre o a su
madre: "Los bienes con que podría ayudarte los ofrezco al templo", ya no le
permitís hacer nada por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios
con esa tradición que os trasmitís; y como éstas hacéis muchas."
Homilía
Temas de las lecturas: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza *
Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra! * Dejáis a un
lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres
1. Sobre la dignidad del hombre en su origen
1.1 El precioso relato del Génesis sobre el origen del cielo y la tierra culmina con la
creación del ser humano. Su llegada es tan importante que de algún modo todo lo
demás queda relegado al nivel de un escenario que ahora acoge a la estrella de
esta obra en la que veremos desplegarse la soberanía de Dios a través de su
administrador de confianza, el hombre.
1.2 La ciencia y la filosofía cuestionan de muchos modos esta perspectiva bíblica,
que parece simplemente pretenciosa o infantil a los ojos ilustrados de muchos de
nuestros contemporáneos.
1.3 Hay quien piensa que ese deseo de ser el "centro", el "resumen" o el "vértice"
del universo es solamente una expresión de nuestra pequeñez, que, no teniendo
otro modo de darse seguridad, pretende el mejor y más noble lugar. La verdad,
según ellos, es que el universo produjo la conciencia de un modo o azaroso o
forzoso, y por consiguiente, para decirlo de alguna manera, a nadie le importa si
estamos aquí.
1.4 Otros opinan, sin negar lo anterior seguramente, que la vida inteligente es el
fruto de una evolución que por simple estadística o supervivencia del más fuerte, y
por tanto, como fenómeno, debe de haberse dado en multitud de lugares a lo largo
y ancho de los miles de millones de galaxias que estamos empezando a conocer. En
este sentido, la hipótesis de la vida inteligente extraterrestre es una especie de
"evidencia" a la que toda mente sensata debería adherir, no como algo demostrado,
en realidad, sino como algo que "debe" ser por la sola fuerza de un razonamiento
que se considera irrebatible: "es imposible que estemos solos...".
2. Hagamos al hombre...
2.1 La Biblia no responde directamente a cuestiones como si hay o no vida
inteligente en otras galaxias. De hecho, los presupuestos de su visión del mundo no
van más allá de un sentido común, además desprovisto aun de los datos mínimos
que nos brinda la ciencia moderna. Por eso conceptos como "tierra" son
tremendamente elásticos cuando los entendemos en el contexto de la Biblia.
"Tierra" no es forzosamente el planeta tierra, por la sencilla razón de que aquellos
antiguos semitas desconocían la noción de planeta y mucho menos podían imaginar
que hubiera otros planetas en algo llamado una "galaxia"...
2.2 Mas lo anterior no significa que podamos relegar el relato bíblico a la categoría
de cuentos de hadas o al nivel de un mito compartido con otras culturas de la
antigüedad. La Biblia quiere darnos un contenido, una verdad, pero no cualquier
verdad, porque para eso están los esfuerzos de la inteligencia humana que no
queda cancelada por la revelación. La verdad de la Escritura mira a nuestra
salvación. Alguien dijo: "no nos dice cómo son los cielos sino cómo se va al cielo".
2.3 Y es mucho lo que podemos aprender del relato bíblico: No somos un accidente,
ni un acto de azar, ni el fruto maduro de las solas fuerzas de la materia. Tenemos
un encargo nobilísimo: ser administradores del universo en el lugar de Dios, con lo
que esto implica de poder, pero también de sabiduría, compasión e incluso ternura
para con todo lo que existe. Estamos llamados a compartir esa soberanía y por ello
es intrínsecamente inmoral tratar al ser humano con una dignidad inferior a la que
le es propia, por ejemplo, convirtiéndolo en un mero instrumento de trabajo,
utilidad o placer para otro ser humano. La distinción de los géneros es algo querido
por Dios y tiene un lugar en el plan de Dios para el mundo, de modo que toda
supresión de esta diferencia termina introduciendo un desorden en la creación y
volviéndose en contra del mismo hombre.
2.4 Ahora simplemente seamos sensatos y miremos el curso de la historia: ¿qué ha
sucedido con el ser humano cuando se considera un accidente, un azar o cuando
olvida que es parte de su esencia trascender los límites de la sola materia? ¿Qué
pasa cuando somos dominados por las cosas en lugar de dominarlas? ¿Adónde nos
conduce la instrumentalización del ser humano, sea bajo el rostro descarado de la
esclavitud o bajo el manto sutil del consumismo o la alienación ideológica? ¿En qué
han terminado las culturas que han abierto sus puertas a todo tipo de expresiones
homosexuales? Leamos la historia y entenderemos cuánta fecundidad y cuánta
verdad hay en estos bellísimos capítulos primeros de la Sagrada Escritura.
Fr. Nelson Medina, O.P.