Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Miércoles de Ceniza
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Rasgad los corazones y no las vestiduras * Misericordia,
Señor: hemos pecado. * Reconciliaos con Dios: ahora es tiempo favorable * Tu
Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará
Textos para este día:
Joel 2,12-18:
"Ahora -oráculo del Señor- convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto,
con luto. Rasgad los corazones y no las vestiduras; convertíos al Señor, Dios
vuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad; y
se arrepiente de las amenazas." Quizá se arrepienta y nos deje todavía su
bendición, la ofrenda, la libación para el Señor, vuestro Dios.
Tocad la trompeta en Sión, proclamad el ayuno, convocad la reunión. Congregad al
pueblo, santificad la asamblea, reunid a los ancianos. Congregad a muchachos y
niños de pecho. Salga el esposo de la alcoba, la esposa del tálamo. Entre el atrio y
el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan: "Perdona, Señor, a tu
pueblo; no entregues tu heredad al oprobio, no la dominen los gentiles; no se diga
entre las naciones: ¿Dónde está su Dios? El Señor tenga celos por su tierra, y
perdone a su pueblo."
Salmo 50:
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, / por tu inmensa compasión borra mi culpa;
/ lava del todo mi delito, / limpia mi pecado. R.
Pues yo reconozco mi culpa, / tengo siempre presente mi pecado: / contra ti,
contra ti sólo pequé, / cometí la maldad que aborreces. R.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro, / renuévame por dentro con espíritu firme; /
no me arrojes lejos de tu rostro, / no me quites tu santo espíritu. R.
Devuélveme la alegría de tu salvación, / afiánzame con espíritu generoso. / Señor,
me abrirás los labios, / y mi boca proclamará tu alabanza. R .
 
2 Corintios 5,20-6,2:
Hermanos: Nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo
os exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os
reconciliéis con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro
pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios.
Secundando su obra, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios,
porque él dice: "En tiempo favorable te escuché, en día de salvación vine en tu
ayuda"; pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación.
Mateo 6,1-6.16-18:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuidad de no practicar vuestra
justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis
recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas
tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por
las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han
recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano
izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre,
que ve en lo secreto, te lo pagará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las
sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro
que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra
la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo
escondido, te lo pagará.
Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara
para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu
ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que
ve en lo escondido, te recompensará."
Homilía
Temas de las lecturas: Rasgad los corazones y no las vestiduras * Misericordia,
Señor: hemos pecado. * Reconciliaos con Dios: ahora es tiempo favorable * Tu
Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará
1. Desgarren los corazones
1.1 La drástica expresión de la primera lectura nos impacta: "desgarren los
corazones". Sin embargo, un corazón desgarrado es un corazón próximo al
encuentro con el Señor, por más de una razón.
1.2 Ante todo, un corazón desgarrado es un corazón ABIERTO. Cerramos el corazón
cuando no queremos escuchar; lo cerramos cuando no queremos sentir; lo
clausuramos cuando preferimos no compadecernos de nadie si no es de nosotros
mismos; lo sellamos a fuego cuando pretendemos que podemos resolverlo todo y
que no hace falta un Dios en nuestra vida. Un corazón cerrado es un sepulcro. Abrir
el corazón es dejarlo respirar, dejarlo escuchar, dejarlo sentir. Pero para abrir un
corazón que se sentía cómodo en su propia cárcel hay que desgarrarlo.
1.3 Un corazón desgarrado es un corazón DOLIENTE. El pecado nos atrajo con la
seducción de la alegría y con la golosina del placer. El pecado utilizó a la belleza y
se hizo acompañar de la risa para envolvernos en su encanto mentiroso. Dejar
estas mieles duele y abandonar estas caricias es duro. Pero en ese dolor empieza
un camino de genuina salvación, y por eso hemos de considerar como bendito ese
sufrimiento primero que nos desprende por fin del engaño.
2. Una fe sincera
2.1 La voz recia de Jesucristo nos despierta en este día y llama a todos a una
religión sincera. Sus palabras se refieren a las tres grandes prácticas de la piedad
judía, válidas también para nosotros, como lo enseñó Jesús con su ejemplo. Se
trata de la oración, el ayuno y la limosna.
2.2 La sinceridad tiene un rostro muy concreto en la predicación de Jesús, y puede
resumirse en estas palabras: "evita hacer las cosas para que te vean". No es la
aprobación de la gente la que te hará aprobado ante Dios. No es el aplauso de la
gente lo que te va a indicar la benevolencia de Dios. Necesitas de silencio y soledad
para alcanzar sinceridad. Sólo cuando tus actos tengan por motor el deseo de
agradar al Dios "que ve en lo escondido" alcanzarás una religión auténtica y limpia.
2.3 Dios "ve en lo escondido". No es un espía, ni tampoco un entrometido, como
calumniaron los existencialistas ateos, con Sartre a la cabeza. No es un
desocupado, ni tampoco un chismoso. Sencillamente, el universo le pertenece.
Simplemente, somos obra suya. No es una elección de Dios conocernos hasta la
entraña de nuestro ser: es la consecuencia natural del hecho básico que hizo
posible nuestro ser: somos sus creaturas. La mirada divina es el ámbito de verdad
en que reconocemos la primera y radical afirmación de lo que somos: creaturas.
Sólo ante esa verdad y esa radical pertenencia a él alcanzamos la verdad, primero
en nuestra conciencia y luego ante los hermanos.
3. Un tiempo favorable
3.1 A la vista de estos llamados de la gracia en la voz de Nuestro Señor y de sus
profetas entendemos la expresión apremiante de San Pablo en la segunda lectura
de hoy: " ¡En nombre de Cristo les suplicamos que se dejen reconciliar con Dios! ".
3.2 Esta época, esta cuaresma, es "un tiempo favorable". Lo mejor que podía
sucedernos quiere sucedernos. Dios quiere llegar a nuestra vida y reconstruirla.
Dios sabe quiénes somos; conoce lo escondido, y así como somos nos acepta;
aunque no para dejarnos cuales somos sino para hacernos cada vez más imagen y
semejanza suya. Este es el tono sereno y profundo de gozo que se esconde detrás
de la penitencia que hoy empezamos.
Fr. Nelson Medina, O.P.