Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Jueves después de Ceniza
-------------------------------------
Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Hoy te pongo delante bendición y maldición * Dichoso el
hombre que ha puesto su confianza en el Señor. * El que pierda su vida por mi
causa la salvará
Textos para este día:
Deuteronomio 30,15-20:
Moisés habló al pueblo, diciendo: "Mira: hoy te pongo delante la vida y el bien, la
muerte y el mal. Si obedeces los mandatos del Señor, tu Dios, que yo te promulgo
hoy, amando al Señor, tu Dios, siguiendo sus caminos, guardando sus preceptos,
mandatos y decretos, vivirás y crecerás; el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra
donde vas a entrar para conquistarla. Pero, si tu corazón se aparta y no obedeces,
si te dejas arrastrar y te prosternas dando culto a dioses extranjeros, yo te anuncio
hoy que morirás sin remedio, que, después de pasar el Jordán y de entrar en la
tierra para tomarla en posesión, no vivirás muchos años en ella. Hoy cito como
testigos contra vosotros al cielo y a la tierra; te pongo delante vida y muerte,
bendición y maldición. Elige la vida, y viviréis tú y tu descendencia, amando al
Señor, tu Dios, escuchando su voz, pegándote a él, pues él es tu vida y tus muchos
años en la tierra que había prometido dar a tus padres Abrahán, Isaac y Jacob."
Salmo 1 :
Dichoso el hombre / que no sigue el consejo de los impíos, / ni entra por la senda
de los pecadores, / ni se sienta en la reunión de los cínicos; / sino que su gozo es la
ley del Señor, / y medita su ley día y noche. R.
Será como un árbol / plantado al borde de la acequia: / da fruto en su sazón / y no
se marchitan sus hojas; / y cuanto emprende tiene buen fin. R.
No así los impíos, no así; / serán paja que arrebata el viento. / Porque el Señor
protege el camino de los justos, / pero el camino de los impíos acaba mal. R.
Lucas 9,22-25:
 
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "El Hijo del hombre tiene que padecer
mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado
y resucitar al tercer día." Y, dirigiéndose a todos, dijo: "El que quiera seguirme, que
se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que
quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.
¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí
mismo?"
Homilía
Temas de las lecturas: Hoy te pongo delante bendición y maldición * Dichoso el
hombre que ha puesto su confianza en el Señor. * El que pierda su vida por mi
causa la salvará
1. Ante ti están la vida y la muerte
1.1 Dios nos invita a elegir y a la vez nos apremia a tomar una determinada opción.
Parece contradictorio: el Dios que me hizo capaz de bien y de mal luego me invita a
que elija el bien y rechace el mal. Tal vez por eso algún existencialista dijo que el
hombre estaba "condenado" a ser libre. ¿Por qué Dios, que sabe cuál es mi bien,
abre para mí la tremenda posibilidad de no elegir ese bien?
1.2 Es que el bien no es en primer lugar una "cosa" que hacemos, sino aquello que
somos, aquello que alcanzamos ser a través de los que decimos, pensamos,
optamos y vivimos. Es verdad que existe el bien forzoso, que a su modo "practican"
los planetas, siguiendo rígidamente sus órbitas, o las plantas, cumpliendo las leyes
de la biología, o los animales, obedeciendo sin protestas el curso de sus instintos.
Esos bienes existen y tiene la altura y cualidad de los seres que los realizan, pero
no pueden elevarse de allí a la consideración de su propio ser o de su propio obrar.
Desconocen la majestad que revelan en una armonía que les precede y les domina
en silencio.
1.3 Algo distinto quiso Dios para unos de sus seres, que somos precisamente
nosotros. Sólo en nosotros el pensamiento se levanta a la consideración de su
propio origen y de su último fin. Somos las únicas creaturas visibles que pueden
decir "no" a sus propios impulsos y detenerse a sí mismos en el curso de los deseos
que parecerían inevitables. ¿Has visto a un buey tomando la decisión de ayunar?
¿Conoces conejos que, después de madura deliberación deciden no tener más
conejitos? ¿Escuchaste de alguna vaca que analizara juiciosamente si el pasto debe
ser su alimento por los siglos de los siglos?
1.4 Dios, pues, nos ha creado con su poder, nos educa con su sabiduría y nos
mueve con su amor. Quiere hacer verdad y realidad en nosotros un bien nuevo, un
bien inédito entre las creaturas visibles: el bien de aquel que, en libertad, con
lucidez y amor, se levanta sobre sí mismo y saluda con gratitud a su Hacedor.
2. Carga con tu Cruz
2.1 Mi experiencia ha sido esta: que entender rectamente qué es eso de la
propia cruz es como otra cruz.
2.2 Y sin embargo, la palabra del Señor está ahí, y está para nuestra salvación: "el
que quiera venir en pos de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz
cada día y me siga". Es propia de Lucas esa expresión que da un matiz particular a
la enseñanza del Señor: cargue con su cruz "cada día".
2.3 La primera lectura nos invita a elegir; el evangelio de hoy también. El
Deuteronomio nos pide elegir la vida; el Evangelio, elegir la Cruz. Sin embargo, es
una misma elección, pues Jesús advierte: "el que quiera salvar su vida, la perderá;
pero el que pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve a uno ganar
todo el mundo, si se pierde o se arruina a sí mismo?" (Lc 9,25). Elegir la vida es
elegir a Cristo, y elegir a Cristo es elegir al Crucificado.
2.4 ¿Cuál es mi cruz? Sólo puedo conocerlo y decirlo en relación con la Cruz de
Cristo. En esa Cruz veo dolor y amor; sufrimiento y paz; veo el límite de las fuerzas
humanas y los extremos de la piedad divina; encuentro tragedia y providencia,
abandono total y solidaridad sin límites; muerte que acecha y vida que asoma. Son
las señales de la Cruz de mi Señor; son las señales de mi propia cruz.
-
Fr. Nelson Medina, O.P.