Cristo ha venido a llamar a los pecadores.
2013-02-16
Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas 5, 27-32
En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano, llamado Leví (Mateo), sentado en su
despacho de recaudador de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él, dejándolo todo, se
levantó y los siguió. Leví ofreció en su casa un gran banquete en honor de Jesús, y
estaban a la mesa, con ellos, un gran número de publicanos y otras personas.
Los fariseos y los escribas criticaban por eso a los discípulos diciéndoles: “¿Por qué
comen y beben con publicanos y pecadores?” Jesús les respondió: “No son los
sanos los que necesitan al médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a los
justos, sino a los pecadores, para que se conviertan”.
Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor, no dejes de sorprenderme y hacer diferente cada uno de mis días.
Concédeme iniciar esta oración con la completa disposición de escuchar tu voz y
seguirte con el ánimo de desprenderme de mí mismo.
Petición
Dios mío, Tú me conoces y sabes qué fácilmente juzgo a los demás y cómo me
cuesta perdonar, ayúdame a ser más misericordioso.
Meditación
Cristo ha venido a llamar a los pecadores.
«Cristo ha venido a llamar a los pecadores. Son ellos los que necesitan el médico, y
no los sanos. Y así, como dice el Concilio Vaticano II, la Iglesia es el "sacramento
universal de salvación" que existe para los pecadores, para abrirles el camino de la
conversión, de la curación y de la vida. Ésta es la verdadera y gran misión de la
Iglesia, que le ha sido confiada por Cristo. Algunos miran a la Iglesia, quedándose
en su apariencia exterior. De este modo, la Iglesia aparece únicamente como una
organización más en una sociedad democrática, a tenor de cuyas normas y leyes se
juzga y se trata una figura tan difícil de comprender como es la "Iglesia". Si a esto
se añade también la experiencia dolorosa de que en la Iglesia hay peces buenos y
malos, grano y cizaña, y si la mirada se fija sólo en las cosas negativas, entonces
ya no se revela el misterio grande y profundo de la Iglesia» (Benedicto XVI, 22 de
septiembre de 2011).
Reflexión apostólica
«Cristo está en el origen de toda vocación cristiana. Es Él quien llama. La palabra
«vocación» significa, precisamente, «llamado». Y el primer y fundamental llamado
que Cristo hace a todo hombre es a seguir sus huellas por el camino del amor. Esta
vocación conlleva un llamado a la santidad y al compromiso apostólico» (Manual
del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 56).
Propósito
Hacer una oración especial de agradecimiento a Dios por haberme llamado a su
Iglesia.
Diálogo con Cristo
Señor, permite que nunca discrimine ni considere a nadie indigno, más bien, que
busque construir puentes, principalmente con mis actitudes ante los demás, para
acercar a todos a la experiencia de tu amor. No puedo conformarme con vivir para
mí mismo y para mis cosas. Dame la generosidad para entregarme
incansablemente y hacer todo el bien que esté a mi alcance.
«Para el apóstol, la cruz se presenta también bajo forma de resistencia de las almas
a la acción de la gracia, bajo forma de avance aparentemente incontenible del mal
en el mundo y en los corazones de los hombres. No queda más que acogerse a la
esperanza, y seguir construyendo bajo el influjo de la gracia la santidad personal y
la santidad de los hombres; a fin de cuentas, Dios vencerá»
(Cristo al centro, n. 737).