COMPARTIENDO EL EVANGELIO
Reflexiones de Monseñor Rubén Oscar Frassia
(Emitidas por radios de Capital y Gran Buenos Aires –
ciclo 2013)
17 de febrero de 2013 – 1º domingo de Cuaresma
Evangelio según San Lucas 4, 1-13 (ciclo C)
Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue
conducido por el Espíritu al desierto donde fue tentado por el demonio
durante cuarenta días. No comió nada durante esos días y al cabo de ellos
tuvo hambre. El demonio le dijo entonces: “si tú eres Hijo de Dios, manda a
esta piedra que se convierta en pan”; pero Jesús le respondi￳: “dice le
Escritura: ‘el hombre no vive solamente de pan’”. Luego el demonio lo llev￳
a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra y
le dijo: “te daré todo este poder y el esplendor de estos reinos, porque me
han sido entregados y yo los doy a quien quiero; si tú te postras delante de
mí todo eso te pertenecerá”; pero Jesús le respondi￳: “está escrito:
adorarás al Se￱or tu Dios y a Él solo rendirás culto”. Después el demonio lo
condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: “si tú
eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo porque está escrito: ‘Él dará ￳rdenes
a sus ángeles para que te cuiden’ y también ‘ellos te llevarán en sus manos
para que tu pie no tropiece con ninguna piedra’”, pero Jesús le respondió:
“está escrito: ‘no tentarás al Se￱or, tu Dios’”. Una vez agotadas todas las
formas de tentación el demonio se alejó de Él hasta el momento oportuno.
CUARESMA: TIEMPO DE VIDA NUEVA
Empezamos la Cuaresma, un camino hacia la Pascua. Cuaresma es el
compromiso de la escucha de la Palabra de Dios; es el tiempo de la
conversión, de la oración, de la caridad fraterna para descubrir el sentido de
la propia vocación y pertenencia al Señor, en la Iglesia; Cuaresma es un
tiempo de vida nueva.
Esta realidad de la Cuaresma toca todo: el trabajo, la profesión, la familia,
las relaciones con sus hijos, los vínculos con los demás, con la sociedad, en
la Iglesia. Fundamentalmente con el propio sentido de la vida en los valores
auténticos.
Hay que tener criterio de vida. Y más que tener, ser. Hay que tener
necesidad de una lúcida capacidad crítica, para discernir, para elegir, para
quedarnos en la verdad y para que todo lo que es verdad entre en nuestra
vida y lo que no tiene verdad, que salga de nuestra vida.
La Palabra de Dios se hace criterio de juicio y de gracia liberadora, de ahí la
importancia de tener contacto con la Palabra de Dios para alimentarnos,
para nutrirnos, para purificarnos, para robustecernos y para recuperar el
 
criterio perdido: porque sólo a Dios adoramos y servimos. La primacía de
Dios no pretende mortificar al hombre, sino que mira a salvaguardar la
libertad y la dignidad.
Cuaresma toca todo el hombre. Por eso el hombre no es neutral. No es
“NI”. En la vida hay que acostumbrarse a decir SI y a decir NO, pero no es
NI. Es necesario tener criterios, tomar posición y tomar decisión. Ser hijos
de Dios, ser cristianos, ser personas.
El Señor permite ser tentado para luego responder: “adorarás al Se￱or tu
Dios y s￳lo a El rendirás culto”. Pero todo pecado es una esclavitud. Muchas
veces uno puede caer la tentaci￳n aquella que dice que “todo hombre tiene
un precio”, y a veces uno puede ser comprado en su dignidad, en su
pensamiento, en sus acciones, en su cultura. Hay que tener cuidado con
esto ya que la persona es, misteriosamente, mucho más: no tiene precio.
Otras veces, por el poder, uno entra en un montón de cosas para que, de
alguna manera, se vaya enajenando, alienando, esclavizando, porque como
quiere el poder es capaz de codear, de aplastar, de cortar cabezas, para
poder seguir siempre adelante sin tener en cuenta a los demás.
Con criterios, oración, Palabra de Dios y decisión, tengamos una buena
Cuaresma y que ésta sea decisiva no solamente en lo externo sino que sea
decisiva en lo vital, en lo que toca al hombre, a su misterio, en lo que toca a
nuestro peregrinar y a nuestra Pascua.
Les dejo mi bendición en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén