La señal de Dios es Cristo.
2013-02-20
Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 29-32
En aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús y éste comenzó a
decirles: “La gente de este tiempo es una gente perversa. Pide una señal, pero no
se le dará más señal que la de Jonás. Pues así como Jonás fue una señal para los
habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este
tiempo.
Cuando sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará el
día del juicio para condenarlos, porque ella vino desde los últimos rincones de la
tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que
Salomón.
Cuando sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de Nínive se levantarán
el día del juicio para condenarla, porque ellos se convirtieron con la predicación de
Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás”.
Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor, comienzo esta oración haciendo un propósito sincero de conversión. Quiero
cambiar todo aquello que no sea acorde a tus mandamientos, todo aquello que me
aleje de Ti, de la Iglesia y de los demás. ¡Convierte mi corazón, Señor!
Petición
Jesús, dame la gracia de convertir mi corazón de piedra en un corazón semejante al
tuyo.
Meditación
La señal de Dios es Cristo.
«En Mateo se dice: “Esta generaci￳n perversa y adúltera exige una se￱al; pues no
se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás
en el vientre del cetáceo, pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en
el seno de la tierra”. En Lucas leemos: “Esta generaci￳n es una generaci￳n
perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como
Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre
para esta generaci￳n”. No necesitamos analizar aquí las diferencias entre estas dos
versiones. Una cosa está clara: la señal de Dios para los hombres es el Hijo del
hombre, Jesús mismo. Y lo es de manera profunda en su misterio pascual, en el
misterio de muerte y resurrecci￳n. Él mismo es el “signo de Jonás”. Él, el
crucificado y resucitado, es el verdadero Lázaro: creer en Él y seguirlo, es el gran
signo de Dios, es la invitación de la parábola, que es más que una parábola. Ella
habla de la realidad, de la realidad decisiva de la historia por excelencia» (Joseph
Ratzinger, Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, primera parte, p. 89).
Reflexión apostólica
«La vivencia de la caridad, señal inequívoca de la presencia del espíritu de Cristo,
tiene su primera expresión dentro del círculo del hogar, por ser en él donde la
convivencia serena y armónica exige un mayor cuidado, dada la cercanía y la
frecuencia de las relaciones interpersonales» (Manual del miembro del
Movimiento Regnum Christi , n. 291).
Propósito
Incluir hoy, en la preparación de mi meditación diaria, un acto de confianza en
Dios.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, señal del gran amor que Dios me tiene, sólo transformándome
interiormente con tu gracia podré ser un auténtico discípulo y misionero de tu
amor. En la medida en que me convierta más profundamente, en esa medida
construiré mi camino a la santidad. Confío en que me darás tu gracia para poder
transmitir tu mensaje de amor a los demás.
«A un hombre del Reino la muerte ha de sorprenderlo luchando.»
(Cristo al centro, n. 801).