Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Cuaresma,
Semana No. 1, Sábado
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Serás el pueblo santo del Señor * Dichoso el que camina
en la voluntad del Señor. * Sed perfectos como vuestro Padre celestial
Textos para este día:
Deuteronomio 26,16-19:
Moisés habló al pueblo, diciendo: "Hoy te manda el Señor, tu Dios, que cumplas
estos mandatos y decretos. Guárdalos y cúmplelos con todo el corazón y con toda
el alma. Hoy te has comprometido a aceptar lo que el Señor te propone: Que él
será tu Dios, que tú irás por sus caminos, guardarás sus mandatos, preceptos y
decretos, y escucharás su voz. Hoy se compromete el Señor a aceptar lo que tú le
propones: Que serás su propio pueblo, como te prometió, que guardarás todos sus
preceptos, que él te elevará en gloria, nombre y esplendor, por encima de todas las
naciones que ha hecho, y que serás el pueblo santo del Señor, como ha dicho."
Salmo 118:
Dichoso el que, con vida intachable, / camina en la voluntad del Señor; / dichoso el
que, guardando sus preceptos, / lo busca de todo corazón. R.
Tú promulgas tus decretos / para que se observen exactamente. / Ojalá esté firme
mi camino, / para cumplir tus consignas. R.
Te alabaré con sincero corazón / cuando aprenda tus justos mandamientos. /
Quiero guardar tus leyes exactamente, / tú, no me abandones. R.
Mateo 5,43-48:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu
prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros
enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que
está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a
 
justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No
hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos,
¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto,
sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto."
Homilía
Temas de las lecturas: Serás el pueblo santo del Señor * Dichoso el que camina
en la voluntad del Señor. * Sed perfectos como vuestro Padre celestial
1. Dios quiere ser tu Dios
1.1 "Hoy has oído al Señor declarar que él será tu Dios" nos dice el Deuteronomio.
¡Qué cosa admirable! ¡Cuánto pasma ver a Dios buscando alianza con el hombre!
1.2 Es bueno y santo ejercicio preguntarse por qué nos ama Dios. Supe de un
sacerdote que transformó su vida a partir de una hermosa reflexión: "hay un
hombre en una cruz...". El hombre en busca de Dios es un despliegue de sinceridad
y una aventura de audacia y grandeza. Dios en busca del hombre es un espectáculo
de piedad y un camino de gracia y misericordia sin límites.
1.3 Los términos de la invitación que hace Dios al hombre llevan un tono que nos
puede parecer extraño: son los mandamientos. Hay dos modos de entender esto:
primero, pensar que Dios es un ser fastidioso que pone demasiadas condiciones
para dar su amistad; segundo, Dios ha pensado en nuestro bien antes que nosotros
mismos lo hayamos hecho, y esos mismos mandamientos son señal de su
búsqueda de nuestro bien.
1.4 Ahora bien, lo primero es imposible porque Dios no tiene ninguna necesidad de
poner condiciones sencillamente porque no necesita de nosotros. No le agregamos
nada. Nos ha creado, como dice hermosamente la liturgia, "para tener en quien
depositar sus bendiciones", así que no tiene necesidad de poner condiciones a
quienes no le hacen falta. Sólo su amor por nosotros hace que le hagamos falta y
que se interese por nosotros, y eso, con otro lenguaje significa: nos manda lo que
nos manda porque nos ama, sólo porque nos ama y piensa en nuestro bien.
2. "Amen a sus enemigos"
2.1 Ama a tu enemigo: es el único modo de mostrar que no padeces su misma
enfermedad.
2.2 Ama a tu enemigo: así separarás a tu enemigo de su enemigo, que es también
tu enemigo, y se llama pecado.
2.3 Ama a tu enemigo: construye con él una historia que les permita mirar en la
misma dirección y decir un día: "eso" pretendía destruirnos, pero "nosotros"
vencimos.
2.4 Ama a tu enemigo: es muy feo que las garras peludas del demonio te muevan
como se mueve un peón en el ajedrez. No des espacio al odio.
2.5 Ama a tu enemigo: muestra que eres mayor y mejor que lo que se dice de ti. Y
luego, guarda silencio para que la Verdad grite la verdad.
Fr. Nelson Medina, O.P.