EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Sábado de la primera semana de Cuaresma
Deuteronomio 26,16-19.
Hoy el Señor, tu Dios, te ordena practicar estos preceptos y estas leyes. Obsérvalas
y practícalas con todo tu corazón y con toda tu alma.
Hoy tú le has hecho declarar al Señor que él será tu Dios, y que tú, por tu parte,
seguirás sus caminos, observarás sus preceptos, sus mandamientos y sus leyes, y
escucharás su voz.
Y el Señor hoy te ha hecho declarar que tu serás el pueblo de su propiedad
exclusiva, como él te lo ha prometido, y que tú observarás todos sus
mandamientos;
que te hará superior - en estima, en renombre y en gloria - a todas las naciones
que hizo; y que serás un pueblo consagrado al Señor, como él te lo ha prometido .
Salmo 119(118),1-2.4-5.7-8.
Felices los que van por un camino intachable,
los que siguen la ley del Señor,
Felices los que cumplen sus prescripciones
y lo buscan de todo corazón.
Tú promulgaste tus mandamientos
para que se cumplieran íntegramente.
¡Ojalá yo me mantenga firme
en la observancia de tus preceptos!
Te alabaré con un corazón recto,
cuando aprenda tus justas decisiones.
Quiero cumplir fielmente tus preceptos:
no me abandones del todo.
Evangelio según San Mateo 5,43-48.
Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo.
Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores;
así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos
y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No
hacen lo mismo los publicanos?
Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen
lo mismo los paganos?
Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.
Comentario del Evangelio por:
San Policarpo (69-155), obispo, mártir
Carta a los filipenses 8-12
“Amad a vuestros enemigos, orad por los que os persiguen”
Quedemos firmemente unidos a nuestra esperanza y nuestro premio: Cristo
Jesús. Sobre el madero ha llevado nuestras culpas en su cuerpo. No obstante “él no
cometi￳ pecado ni se hall￳ enga￱o en su boca” (1P 2,22) Pero para que nosotros
vivamos en él ha soportado todo esto. Imitemos su paciencia y si padecemos a
causa de su nombre, démosle gloria. Este es el ejemplo que él mismo nos dio y que
anima nuestra fe... ¡Perseverad en estos sentimientos y seguid el ejemplo del
Señor, firmes e inquebrantables en la fe, amando a los hermanos, llenos de afecto
mutuo, unidos en la verdad, acompañándoos unos a otros con dulzura, como el
Señor, no despreciando a nadie...
Estoy convencido de que estáis muy instruidos por los libros sagrados y que no
ignoráis ninguno de sus misterios. Yo no soy tan erudito. Pero esta cita de las
Sagradas Escrituras me basta: “si os dejáis llevar de la ira, que no sea hasta el
punto de pecar.” (Ef 4,26) ¡Dichoso el que se acuerda de esta palabra! Creo que
vosotros sois de éstos.
Que Dios, el Padre de Nuestro Señor Jesucristo, y él mismo, el Sumo Pontífice
eterno (He 2,17), Jesucristo, el Hijo de Dios, os fortalezca en la fe y en la verdad,
con toda dulzura, sin cólera, en la paciencia, la longanimidad, la valentía y la
castidad. Que él os haga partícipes en la heredad de los santos, igual que a
nosotros y a todos los que viven bajo el cielo y creen en Nuestro Señor Jesucristo y
en su Padre que lo resucitó de entre los muertos. ¡Orad por todos los santos! ¡Orad
también por los reyes, los príncipes, los magistrados, por todos aquellos que os
persiguen y os odian, por los enemigos de la cruz, y así, todos puedan contemplar
el fruto de vuestras vidas.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”