"Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto”
Lc 9, 28-36
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. SUBIÓ A LA MONTAÑA PARA ORAR
Jesús tomó a Pedro, Juan y Santiago, y subió a la montaña para orar. En otra ocasiones, él ha
subido al monte a orar solo, (Mt 14, 23) en esta ocasión ha invitado a tres de sus apóstoles y,
los ha escogido como testigos para una gran acontecimiento. Ellos son los mismos apóstoles
que luego serán testigo de su agonía en Getsemaní. Se podría pensar que ocupaban un lugar
privilegiado de entre sus apóstoles. Ellos se sentían muy bien el estar allí.
La primera enseñanza importante es, que Jesús había subido orar, él siempre lo está
haciendo, es un modelo que debemos hacerlo parte de nuestra vida diaria, orar al Padre. En
esta ocasión invita tres de sus amigos íntimos, entregándonos una gran oportunidad para
aprender de este ejemplo, cuando Jesús invita a seguirlo, es porque nos está dando la
oportunidad de ser testigo de las maravillas del Señor, como para darnos a conocer cada
instante de su vida. Prestemos atención a las invitaciones que nos hace Jesús, tengamos
disposición de atender sus palabras, y guardar silencio para oírlo .
2. LA TRANSFIGURACIÓN, ES UNA EXPERIENCIA PROFUNDA DE FE
Mientras Jesús oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una
blancura deslumbrante.
La transfiguración, es una experiencia profunda de fe tenida por Pedro, Juan y Santiago, los
amigos más íntimos de Jesús y para llegar a conocer los momentos más transcendentes de
Jesús, necesitamos ser sus amigos íntimos, con una comunicación profunda, como la que
ellos tuvieron para percibir a Jesús en su verdadera identidad.
Debe haber sido un instante de éxtasis, vieron la realidad gloriosa de Jesús, aunque no se les
mostró en toda su magnitud, porque para llegar a entenderlo, tuvieron que conocer a través
de la vida, pasión y muerte y de sus propios sufrimientos y muerte, que hay que pasar por
esta última, la muerte, para llegar a la vida.
Jesús nos transfigura nuestra vida, Él nos ayuda a descubrir la presencia de Dios en nosotros
y nos llama a ser sus testigos ante un mundo de contradicciones.
3. Y DOS HOMBRES CONVERSABAN CON ÉL: ERAN MOISÉS Y ELÍAS
Pedro dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra
para Moisés y otra para Elías". Muchas veces soñamos con grandes templos, majestuoso, no
preocupamos por construir bellas Iglesias o templos muy bien ambientados para Dios, pero
el lugar favorito de El no deja de ser aquí entre nosotros, en el corazón de los hombres, en
nuestra familia, junto a los niños, a los trabajadores, a los religiosos, sacerdotes, laicos, y
con gran privilegio donde la calidez del amor está presente.
4. "ÉSTE ES MI HIJO, EL ELEGIDO, ESCÚCHENLO".
Desde una nube se oyó entonces una voz que decía: "Éste es mi Hijo, el Elegido,
escúchenlo".
Esta es nuestra gran instrucción de Dios, "escucharlo", eso nos debe caracterizar para ser un
servidor de verdad, oír siempre a Jesús, esta actitud receptiva es para la palabra y la total
aceptación de Cristo, es una invitación a descubrir lo divino de sus enseñanzas y toda su
obra.
La transfiguración consiste esencialmente en la toma de conciencia, por parte de los tres
apóstoles, de que Jesús es verdaderamente el Mesías, también revela que la persona de
Jesús, es el Hijo muy amado del Padre y trascendente que posee su misma gloria divina.
Estamos llamados también a transfigurarnos cada vez más por la acción del Señor, la
sociedad, el mundo, y nosotros en él, se transformara cada vez que aceptamos la voz del
Padre en su Hijo, cuando escuchamos su Palabra y la llevamos a la vida. Aceptar las
palabras de Jesús, es una invitación a transfigurarnos, es decir a transformarnos en hombres
buenos, y salir al mundo a hacer el bien.
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds