Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Cuaresma,
Semana No. 2, Martes
---------------------------------
Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Aprended a obrar bien, buscad el derecho * Al que sigue
buen camino le haré ver la salvación de Dios. * No hacen lo que dicen
Textos para este día:
Isaías 1,10.16-20:
Oíd la palabra del Señor, príncipes de Sodoma, escucha la enseñanza de nuestro
Dios, pueblo de Gomorra: "Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas
acciones. Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien; buscad el derecho,
enderezad al oprimido; defended al huérfano, proteged a la viuda. Entonces, venid
y litigaremos -dice el Señor-. Aunque vuestros pecados sean como púrpura,
blanquearán como nieve; aunque sean rojos como escarlata, quedarán como lana.
Si sabéis obedecer, lo sabroso de la tierra comeréis; si rehusáis y os rebeláis, la
espada os comerá. Lo ha dicho el Señor."
Salmo 49:
"No te reprocho tus sacrificios, / pues siempre están tus holocaustos ante mí. / Pero
no aceptaré un becerro de tu casa, / ni un cabrito de tus rebaños. R.
¿Por qué recitas mis preceptos / y tienes siempre en la boca mi alianza, / tú que
detestas mi enseñanza / y te echas a la espalda mis mandatos? R.
Esto haces, ¿y me voy a callar? / ¿Crees que soy como tú? / El que me ofrece
acción de gracias, / ése me honra; / al que sigue buen camino / le haré ver la
salvación de Dios." R
Mateo 23,1-12:
En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: "En la cátedra
de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os
digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos
 
lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero
ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es
para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto;
les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las
sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame
maestros.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro
maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la
tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar
consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros
será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será
enaltecido."
Homilía
Temas de las lecturas: Aprended a obrar bien, buscad el derecho * Al que sigue
buen camino le haré ver la salvación de Dios. * No hacen lo que dicen
1. Lava tus culpas
1.1 Isaías utiliza un lenguaje brusco para dirigirse a su propio pueblo. Llama a los
jefes de Judá "príncipes de Sodoma" y a la gente del común "pueblo de Gomorra",
comparándolos así con las ciudades pecadoras por excelencia, aquellas en que el
pecado se volvió una forma de vida y una especie de ley (cf. Gén 13,13; 18,20).
1.2 Una comparación tan drástica sólo podía significar una cosa: el destino de Judá
está echado; no cabe esperar otra cosa sino fuego y azufre desde el cielo (cf. Gén
19,24). Sin embargo, he aquí que la voz del profeta no anuncia un diluvio de
condenación sino una proclama de conversión: "lávense, purifíquense". El mensaje
de fondo, entonces, tiene una connotación fortísima de esperanza, cual si dijera:
"de un lodazal como Sodoma y de una ciénaga como Gomorra es posible aún la
limpieza; es posible aún la conversión".
1.3 Lavarse es apartar la inmundicia, es liberarse de la mugre. Isaías nos enseña
los pasos fundamentales para esta liberación: deja de hacer el mal, aprende a
hacer el bien, busca la justicia, haz bien al necesitado. Destaquemos que se trata
ante todo de acciones y no de sentimientos o afectos. No hay que esperar a
sentirnos con ganas de ser buenos para empezar a ser buenos. Las "ganas" pueden
estar o no, pero seguramente no nos vamos a deleitar en el bien cuando
empezamos a educarnos en el bien. Al principio no tendrá buen sabor, y por eso no
se nos pide que nos guste sino que lo hagamos.
1.4 En otro sentido, fijemos nuestra atención en el final del pasaje: comer o ser
comido. Si obedeces a Dios puedes comer; si no obedeces a Dios serás comido.
¿Quieres recibir vida o alimentar las entrañas de la muerte? ¿Quieres alimentarte
de la tierra o alimentar a la tierra?
2. Enseñanza por contraste
2.1 Jesús utiliza en el evangelio de hoy la enseñanza por contraste. Los fariseos se
creían un punto de referencia, y lo eran, aunque no del modo que imaginaban sino
al contrario: lejos de ser espejos de bondad, aquí el Señor los trata como
monumentos bien visibles a la hipocresía, hasta el punto que en el lenguaje común
de hoy, decir a alguien "fariseo" es como decirle "hipócrita".
2.2 La consigna de la hipocresía está en la denuncia que hace Nuestro Señor: "todo
lo hacen para que los vea la gente". Es el arte de parecer bueno, y por tanto, de
renunciar a la posibilidad de serlo realmente. Lo grave no está en que la fachada
sea hermosa, sino que ha sido embellecida para descuidar el resto de la casa.
2.3 El remedio de la hipocresía pasa por la humildad. En cierto sentido es preciso
realizar el acto contrario, es decir: si el hipócrita quiere parecer más de lo que es,
el humilde procura que su bondad, su inteligencia o su riqueza no aparezcan. Esto
lo ejemplifica el Señor valiéndose de los títulos que eran más apetecibles para los
fariseos: querían ser vistos como "maestros", "padres" y "guías". Más que proscribir
unas palabras tachándolas del uso común, lo que Jesucristo quiere es que estemos
alerta ante el engaño interior que supone desear un título por él mismo.
2.4 La cuaresma, pues, es tiempo para quitarse no sólo el peso muerto del pecado
sino también el estorboso peso de la imagen decorada que queremos proyectar
muchas veces. Por la vía ágil de la sencillez y por el camino llano de la humildad el
corazón avanza sin pretensiones al encuentro de la hermosa simplicidad de Aquel
que nos conoce bien y nos ama: Dios, el Señor.
Fr. Nelson Medina, O.P.