Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Cuaresma,
Semana No. 2, Miércoles
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Venid, lo heriremos con su propia lengua * Sálvame,
Señor, por tu misericordia. * Lo condenarán a muerte
Textos para este día:
Jeremías 18,18-20:
Dijeron: "Venid, maquinemos contra Jeremías, porque no falta la ley del sacerdote,
ni el consejo del sabio, ni el oráculo del profeta; venid, lo heriremos con su propia
lengua y no haremos caso de sus oráculos." Señor, hazme caso, oye cómo me
acusan. ¿Es que se paga el bien con mal, que han cavado una fosa para mí?
Acuérdate de cómo estuve en tu presencia, intercediendo en su favor, para apartar
de ellos tu enojo.
Salmo 30:
Sácame de la red que me han tendido, / porque tú eres mi amparo. / A tus manos
encomiendo mi espíritu: / tú, el Dios leal, me librarás. R.
Oigo el cuchicheo de la gente, / y todo me da miedo; / se conjuran contra mí / y
traman quitarme la vida. R.
Pero yo confío en ti, Señor, / te digo: "Tú eres mi Dios." / En tu mano están mis
azares: / líbrame de los enemigos que me persiguen. R.
Mateo 20,17-28:
En aquel tiempo, mientras iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los
Doce, les dijo por el camino: "Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del
hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo
condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo
azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará."
 
Entonces se le acercó la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para
hacerle una petición. Él le preguntó: "¿Qué deseas?" Ella contestó: "Ordena que
estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu
izquierda." Pero Jesús replicó: "No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el
cáliz que yo he de beber?" Contestaron: "Lo somos." Él les dijo: "Mi cáliz lo
beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo,
es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre."
Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero
Jesús, reuniéndolos, les dijo: "Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y
que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande
entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre
vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para
que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos."
Homilía
Temas de las lecturas: Venid, lo heriremos con su propia lengua * Sálvame,
Señor, por tu misericordia. * Lo condenarán a muerte
1. Sufrir por ser bueno
1.1 Si hay cosa absurda y dolorosa en esta tierra es lo que nos cuenta la primera
lectura: el sufrimiento de Jeremías, imagen de todos los que sufren por ser buenos.
Cosa tan chocante como ver prosperar a los malvados, y descubrir que la intriga, la
violencia o la trampa logran su cometido.
1.2 Sin embargo, hay otro enfoque sobre este asunto. El que es bueno mientras
recibe cosas buenas y deja de serlo cuando las pierde demuestra que no amaba
tanto la bondad como su recompensa. Más que un hombre bueno era un buen
mercenario, pues iba detrás de su paga. Dicho de otro modo: el que sigue siendo
bueno cuando la bondad no es buen negocio demuestra que en realidad sí es lo que
parece ser. La maldad es el crisol en que se refina la verdad de la bondad.
2. Vidas reemplazables – Vidas desperdiciadas
2.1 El argumento que utilizan los enemigos de Jeremías es abominable. Es el
pragmatismo brutal que considera que siempre se puede reemplazar a una persona
por otra que haga el mismo oficio: "tendamos un lazo a Jeremías, porque no le va a
faltar doctrina al sacerdote, consejo al sabio, ni inspiración al profeta". Bajo esa
consigna es posible matar a cualquiera, porque la vida humana queda reducida a
moneda que vale en la medida de su utilidad. La ideología de las vidas
reemplazables, tan propia de fascismos y nazismos, termina en homicidios.
2.2 Es interesante ver qué creen estos sanguinarios que aporta Jeremías. Es como
si razonaran así: "¿Qué trae el tal Jeremías? ¿Doctrina? Ya nos la dan los
sacerdotes. ¿Consejos? Para eso tenemos sabios. ¿Inspiración y oráculos? Por ahí
andan profetas. Conclusión: no nos hace falta Jeremías". Pero en esa lista de
escalofriante pragmatismo olvidaron algo: Jeremías es un intercesor. Ese aspecto
de la vida del profeta está oculto a ojos de ellos y por eso sólo aparece en el
secreto de la oración profunda y humilde de este hombre admirable.
2.3 Jeremías es un intercesor. Es alguien capaz de hacer oración por los enemigos.
Es uno que tiene la suficiente fuerza interior como para no dejarse infectar por el
odio de sus adversarios, y en esto se muestra superior a ellos. Alguien así... es
irreemplazable.
3. Jesús anuncia su propia muerte
3.1 Nos impacta sin duda la crudeza y realismo de Jesucristo al referirse a su final:
"el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, que
lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos para que se burlen de él, lo
azoten y lo crucifiquen". Hay quien piensa que estos detalles no los preveía el Señor
Jesús sino que sólo fueron añadidos en el proceso de redacción final de los
evangelios. Pero creo personalmente que esta es una suposición innecesaria.
3.2 Yo miraría en aquellas palabras de Cristo un ejemplo más de esa faceta
fascinante de su liderazgo: estamos ante una persona radicalmente realista. Cristo
está en los antípoda de la ilusión. Tiene de todo menos de iluso. Sabe qué terreno
pisa y conoce el precio de sangre que tendrá que aportar.
3.3 Y eso es lo admirable de este hombre maravilloso, a quien honramos y
adoramos con toda razón: sabiendo el precio, sigue adelante; conociendo la espesa
naturaleza de la enfermedad humana, no se arredra sino que avanza con amor y
sencilla generosidad hasta la cumbre del calvario. Cristo, ¡te amamos!
Fr. Nelson Medina, O.P.