Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Cuaresma,
Semana No. 2, Sábado
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Arrojará a lo hondo del mar todos nuestros delitos * El
Señor es compasivo y misericordioso. * Este hermano tuyo estaba muerto y ha
revivido
Textos para este día:
Miqueas 7,14-15.18-20:
Señor, pastorea a tu pueblo con el cayado, a las ovejas de tu heredad, a las que
habitan apartadas en la maleza, en medio del Carmelo. Pastarán en Basán y
Galaad, como en tiempos antiguos; como cuando saliste de Egipto y te mostraba
mis prodigios. ¿Qué Dios como tú, que perdonas el pecado y absuelves la culpa al
resto de tu heredad? No mantendrá por siempre la ira, pues se complace en la
misericordia. Volverá a compadecerse y extinguirá nuestras culpas, arrojará a lo
hondo del mar todos nuestros delitos. Serás fiel a Jacob, piadoso con Abrahán,
como juraste a nuestros padres en tiempos remotos.
Salmo 102:
Bendice, alma mía, al Señor, / y todo mi ser a su santo nombre. / Bendice, alma
mía, al Señor, / y no olvides sus beneficios. R.
Él perdona todas tus culpas / y cura todas tus enfermedades; / él rescata tu vida de
la fosa / y te colma de gracia y de ternura. R.
No está siempre acusando / ni guarda rencor perpetuo; / no nos trata como
merecen nuestros pecados / ni nos paga según nuestras culpas. R.
Como se levanta el cielo sobre la tierra, / se levanta su bondad sobre sus fieles; /
como dista el oriente del ocaso, / así aleja de nosotros nuestros delitos. R
Lucas 15,1-3.11-32:
 
En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a
escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: "Ése acoge a los
pecadores y come con ellos." Jesús les dijo esta parábola: "Un hombre tenía dos
hijos; el menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte que me toca de la
fortuna." El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor,
juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo
perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre
terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un
habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban
ganas de saciarse de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de
comer. Recapacitando entonces, se dijo: "Cuántos jornaleros de mi padre tienen
abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino
adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no
merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros."
Se puso en camino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre
lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo.
Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco
llamarme hijo tuyo." Pero el padre dijo a sus criados: "Sacad en seguida el mejor
traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el
ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba
muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado." Y empezaron el
banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la
música y el baile, y llamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba. Éste le
contestó: "Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque
lo ha recobrado con salud." Él se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió
e intentaba persuadirlo. Y él replicó a su padre: "Mira: en tantos años como te
sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito
para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se
ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado." El padre le
dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte,
porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos
encontrado.""
Homilía
Temas de las lecturas: Arrojará a lo hondo del mar todos nuestros delitos * El
Señor es compasivo y misericordioso. * Este hermano tuyo estaba muerto y ha
revivido
1. La grandeza del que puede perdonar
1.1 Nuestro mundo mide la grandeza en términos de poder, fuerza, riqueza,
ostentación o capacidad de daño. La Biblia conoce un modo distinto de medir el
poder: es más fuerte el que puede perdonar más.
1.2 ¿De quién sino del Espíritu Santo podría venir una frase tan sorprendente como
esta que hemos escuchado en la primera lectura: "¿Qué Dios hay como tú, que
quitas la iniquidad y pasas por alto la rebeldía del resto de tu heredad?"
1.3 Dios no nos trata como enemigos, sino que se pone a nuestro lado contra
nuestro enemigo, que es también su enemigo: el pecado. Por eso el perdón es
parte de su estrategia de amor con nosotros. Como dice el salmo 103: "él aparta de
nosotros nuestros delitos", con lo cual le quita al arrogante su presa, que éramos
nosotros mismos.
1.4 Dicho de otro modo: perdonar demuestra el poder de Dios porque es la victoria
contra uno que era inmensamente más fuerte que nosotros: el pecado, y detrás de
él, Satanás.
2. Un Examen de Conciencia
2.1 La parábola inmortal del Padre Misericordioso, conocida también como de "El
Hijo Pródigo" es el banquete que la Iglesia nos regala para hoy. Y es una ocasión
preciosa para hacer un examen de conciencia. Al fin y al cabo, fue el
descubrimiento de la voz de su conciencia lo que puso en marcha a aquel joven.
Nos apoyamos en un texto que ofrece el Movimiento de Vida Cristiana. Examínate,
ayudado por estas preguntas: ¿qué pecados has cometido desde tu última
confesión? Trata de no quedarte en lo exterior, sino en las actitudes del corazón y
las omisiones.
2.2 RUPTURA CON DIOS: ¿Amo en verdad a Dios con todo mi corazón o vivo más
pegado a las cosas materiales? ¿Me he preocupado por renovar mi fe cristiana a
través de la oración, la participación activa y atenta en la misa dominical, la lectura
de la Palabra de Dios, etc.? ¿Guardo los domingos y días de fiesta de la Iglesia? ¿He
cumplido con el precepto anual de la confesión y la comunión pascual? ¿Tengo una
relación de confianza y amistad con Dios, o cumplo solamente con ritos externos?
¿He profesado siempre, con vigor y sin temores mi fe en Dios? ¿He manifestado mi
condición de cristiano en la vida pública y privada? ¿Ofrezco al Señor mis trabajos y
alegrías? Recurro a Él constantemente, o ¿sólo lo busco cuando lo necesito? ¿Tengo
reverencia y amor hacia el nombre de Dios o le ofendo con blasfemias, falsos
juramentos o usando su nombre en vano?
2.3 RUPTURA CONMIGO MISMO: ¿Soy soberbio y vanidoso? ¿Me considero superior
a los demás? ¿Busco aparentar algo que no soy para ser valorado por otros? ¿Me
acepto a mi mismo, o vivo en la mentira y el engaño? ¿Soy esclavo de mis
complejos? ¿Qué uso he hecho del tiempo y de los talentos que Dios me dio? ¿Me
esfuerzo por superar los vicios e inclinaciones malas como la pereza, la avaricia, la
gula, la bebida, la droga? ¿He caído en la lujuria con palabra y pensamientos
impuros, con deseos o acciones impuras? ¿He realizado lecturas o asistido a
espectáculos que reducen la sexualidad a un mero objeto de placer? ¿He caído en la
masturbación o la fornicación? ¿He cometido adulterio? ¿He recurrido a métodos
artificiales para el control de la natalidad?
2.4 RUPTURA CON LOS HERMANOS Y CON LA CREACIÓN: ¿Amo de corazón a mi
prójimo como a mi mismo y como el Señor Jesús me pide que lo ame?
¿En mi familia colaboro en crear un clima de reconciliación con paciencia y espíritu
de servicio? ¿Han sido los hijos obedientes a sus padres, prestándoles respeto y
ayuda en todo momento? ¿Se preocupan los padres de educar cristianamente a sus
hijos y de alentarlos en su compromiso de vida con el Señor Jesús?
¿He abusado de mis hermanos más débiles, usándolos para mis fines?
¿He insultado a mi prójimo? ¿Lo he escandalizado gravemente con palabras o con
acciones?
Si me han ofendido, ¿sé perdonar, o guardo rencor y deseo de venganza?
¿Comparto mis bienes y mi tiempo con los más pobres, o soy egoísta e indiferente
al dolor de los demás? ¿Participo de las obras de evangelización y promoción
humana de la Iglesia?
¿Me he preocupado por el bien y la prosperidad de la comunidad humana en la que
vivo o me paso la vida preocupado tan sólo de mi mismo? ¿He cumplido con mis
deberes cívicos? ¿He pagado mis tributos?
¿Soy envidioso? ¿Soy chismoso y charlatán? ¿He difamado o calumniado a alguien?
¿He violado secretos? ¿He hecho juicios temerarios sobre otros?
¿Soy mentiroso?
¿He hecho algún daño físico o moral a otros? ¿Me he enemistado con odios, ofensas
o peleas con mi prójimo? ¿He sido violento?
¿He procurado o inducido al aborto?
¿He sido honesto en mi trabajo? ¿He usado rectamente de la creación o he abusado
de ella con fines egoístas? ¿He robado? ¿He sido justo en la relación con mis
subordinados tratándolos como yo quisiera ser tratado por ellos? ¿He participado en
el negocio o consumo de drogas? ¿He caído en la estafa o el fraude?
¿He recibido dinero ilícito?
Fr. Nelson Medina, O.P.